Ring Shout de P. Djèlí Clark

Lo explica Ibram X. Kendi en su ensayo de 2016 Marcados al nacer. La historia definitiva de las ideas racistas en Estados Unidos: contrariamente a lo que se suele pensar, el racismo no surgió de la ignorancia ni del odio, sino que fue ideado y madurado por algunas de las mentes más brillantes y perversas para justificar y racionalizar políticas discriminatorias profundamente arraigadas y disparidades raciales de toda clase, desde económicas hasta de acceso al sistema sanitario. Basta echar un vistazo a la historia del Ku Klux Klan para corroborarlo. Fundado en la segunda mitad del siglo XIX por veteranos de la Guerra de Secesión, no tardó en ser disuelta por el presidente Ulysses Grant por cuestiones políticas y décadas después, en 1915, volvió a surgir, cuando el caldo de cultivo fue el adecuado, en gran parte propiciado por la película El nacimiento de una nación de D. W. Griffith.

En plena ola del Black Lives Matter, que nos ha llevado a considerarlo como un problema institucional y que nos ha obligado a replantearlo desde un punto de vista más global, lejos de solucionar nada, la recesión provocada por la pandemia ha puesto más que nunca la cuestión sobre la mesa. Entre 2010 y 2012, por poner solo un ejemplo, las probabilidades de que un joven negro fuera asesinado por la policía en Estados Unidos eran 21 veces las de un blanco. Una preocupación que es necesario abordar desde todos los puntos de vista, incluso desde la ficción, algo que se ha venido haciendo a lo largo de todo el siglo XX, desde novelas inmortales como Matar un ruiseñor hasta clásicos del cine moderno como Invictus o American History X.

¿Y qué mejor género que el terror para suscitar un estado de ánimo lo suficientemente inquietante como para no dejar indiferente a nadie? Un paradigma del desasosiego que se puede generar en esta categoría es la película de 2017 Déjame salir, cuyo testigo ha recogido la serie Them de Amazon Prime Video. En la literatura una de las novelas que mejor ha sabido dar forma a ese malestar últimamente acaba de ser publicada en español por Obscura Editorial. Se trata de Ring Shout de Djèlí Clark, un escritor y académico conocido por darles un giro fantástico a momentos clave de la historia.

Etiquetada como una novela histórica de fantasía oscura, Ring Shout cuenta la historia de Maryse Boudreaux y su banda de mujeres negras enfrentándose a las hordas del mal, encarnadas en el odio y el racismo del Ku Klux Klan. Lo que hace Clark es convertir a los monstruosos humanos que formaban parte de este grupo de extrema derecha en monstruos reales, que deben ser combatidos y destruidos, siguiendo el mismo razonamiento que el de Ibram X. Kendi: el odio puro hacia un colectivo nunca es odio sin más, sino que se trata de un instrumento al servicio de intereses de poder. En un momento de la novela se explica: «el odio que los mueve no responde a ninguna lógica. Porque tienen poder y, sin embargo, odian a aquellos sobre los que ejercen algún control, quienes, en realidad, no suponen una amenaza para ellos. Sus temores carecen de auténtico fundamento; son el simple reflejo de sus inseguridades y su incompetencia». Un odio vacío, pero muy enquistado, que convierte a las personas en títeres fácilmente manejables. Algo así como «los dos minutos de odio» de 1984, un mecanismo de distracción y manipulación que permite proyectar toda la miseria propia hacia el otro, convertido en enemigo.

Es cierto que aquí el ente último que mueve los hilos no es un poder fáctico al uso, sino que se trata de una especie de monstruosidad arcana, una suerte de demonio recóndito, que se alimenta del odio, algo de lo que la raza humana va sobrada, pero esta ficción no deja de ser una alegoría con piel de horror cósmico. Eso convierte a la protagonista en una especie de Buffy Cazavampiros, con el matiz esencial de que la historia tiene un componente político, social, ético y racial que permite hacer una lectura mucho más profunda que la de un mero paladín destruyendo demonios sin más, enfrascado en la clásica lucha entre el bien y el mal.

He hablado de «horror cósmico» no por casualidad. El peso de Lovecraft en la historia de Clark es evidente. En Ring Shout lo sobrenatural desborda nuestro mundo por muchos orificios. Hay espíritus capaces de conjurar almas a su mundo, espadas que entonan la canción de los antepasados, hechizos para traer demonios a nuestro mundo, pócimas misteriosas de enigmáticos poderes, folclore tribal africano, videntes que pueden conjurar a personas a cientos de kilómetros de distancia. Y también está el horror cósmico. Clark no escatima los detalles descriptivos para que tengamos una imagen completa del espanto al que se enfrenta la protagonista, pero al mismo tiempo tampoco se extiende demasiado para arrojar luz sobre entidades que se pierden en los albores del universo. Dos de estas razas se enfrentan con resultados imprevisibles y, cómo no, el ser humano está en medio de esa contienda.

Parece increíble que en una novela más bien breve Djèlí Clark haya podido presentar una brillante lección de historia, con grandes cantidades de acción y aventura y todos los elementos de fantasía que se podrían desear, todo hilvanado con una crítica social y política. Por desgracia, el tema central del libro, el de los horrores del racismo, sigue estando tan presente hoy como hace casi cien años, en el período en que se desarrolla la novela, lo que hace que esta historia se convierta en una lectura necesaria para cuestionar nuestros propios prejuicios. Clark, por su parte, parece tener clara la réplica a los momentos de incertidumbre que vivimos: no renunciar jamás al poder de la resistencia y de la fe sobre todas las cosas.

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