Imagen vía Pexel.

Muchos de los lectores están familiarizados con la sensación de tratar de leer mientras se viaja en coche y sentir mareos o, incluso, ganas de vomitar. A simple vista, no parece que el hecho de leer en un coche tenga nada que haga que una persona se maree. Entonces, ¿por qué da náuseas leer en el coche? La ciencia tiene una teoría.

Según explicó el neurocientífico Dean Burnett en una entrevista para NPR, es muy probable que tenga que ver con la forma en la que el cerebro procesa la información. Cuando se está en un coche en movimiento, todas las señales que provienen de los músculos dicen que no nos estamos movimiento, pero el líquido interno del oído dice lo contrario y esto hace que el tálamo, que es la parte del cerebro que procesa la información sensorial, se dé cuenta de lo que está pasando. Por suerte, mirar la ventana suele ser suficiente para ayudar al cerebro a entender qué está pasando. La evidencia visual hace que el tálamo comprenda que realmente se está en movimiento. Pero cuando se lee un libro no es por la ventana por donde se está mirando sino a un pequeño cuadrado de papel lleno de texto y eso hace que el cerebro se confunda más todavía.

Ese desajuste de información sensorial, en el que los músculos te dicen que estás parado mientras el oído interno te dice que te estás movimiento, tiene un efecto parecido al de un veneno, al menos desde el punto de vista del cerebro. Este entiende que si esto es lo que ha ocurrido, entonces lo que debe hacer es dar la orden de vomitar para tratar de expulsar el veneno. El mareo estas situaciones, entonces, es algo que los humanos estamos evolutivamente programados para hacer para evitar que nos envenenen.

Lo bueno es que la mayor parte de las personas logran superar ese tipo de mareos por movimiento. Una vez que se ha experimentado este tipo de desajuste sensorial suficientes veces, el cerebro aprende a reconocer qué es lo que está pasando. Es por eso que los niños son más propensos a marearse y por que hay personas que no podían leer en el coche cuando eran jóvenes y sí pueden hacerlo como adultos. Por desgracia, hay personas cuyos cerebros nunca captan el mensaje y siguen mareándose toda su vida.

Para los demás, sin embargo, el cerebro solo necesita algo de entrenamiento hasta que entienda la situación. Si se empieza a sentir esa desagradable sensación de mareo cuando se lee viajando en coche, una buena solución es tomarse un descanso para mirar por la ventana o, incluso, bajar el cristal para sentir el viento en la cara. Cualquier cosa que pueda ayudar al cerebro a darse cuenta de que en realidad se está en movimiento debería poner fin a ese malestar.

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