Imagen vía Depositphotos.

Cain´s Jawbone es un libro de acertijos que tuvo cierto reconocimiento a partir de su publicación en 1943, pero que acabó cayendo en el olvido. En 2019 una editorial llamada Unbound decidió reimprimirlo y para ello organizó una campaña de crowdfunding. De hecho, Unbound no es precisamente una editorial tradicional, ya que se basa en esta forma de mecenazgo, lo que significa que el éxito o el fracaso de sus libros depende exclusivamente de los internautas, con cuyo apoyo se contribuye a su publicación y a su difusión entre otros lectores, pudiendo llegar, incluso, a dar el salto fuera de la red, hasta los estantes de las librerías de toda la vida.

Ese boca a boca digital tiene su mayor altavoz en las redes sociales, y dentro de estas, la que ha demostrado ser más potente es TikTok y, en concreto, su comunidad lectora, más conocida como BookTok. Fue aquí donde Cain´s Jawbone se viralizó, alcanzando su página de crowdfunding 4,2 millones de visitas, más de un millón de likes, unos 5.300 comentarios y una espectacular difusión en otras redes sociales como Whatsapp, donde fue compartido más de 36.000 veces.

Tanta repercusión ha llevado a Unbound a lanzar un comunicado de prensa en el que confirmaba que los ejemplares del libro se han agotado veinticuatro horas después de que el libro se viralizara y afirmaba que están trabajando a marchas forzadas en una nueva reimpresión de diez mil copias más. Además, añadían que están estudiando multitud de propuestas sobre derechos de autor para traducir el libro a otros idiomas.

Este es el panorama que dibuja BookTok: más de trece mil millones de visitas en vídeos sobre libros, que son accesibles prácticamente desde cualquier parte del mundo y unas cinco mil millones de personas en la actualidad, una gran parte de ellas en mercados emergentes (590 millones en África, 755 en India, 117 en Bangladesh, 154 en Nigeria o 212 en Indonesia).

A pesar de ello, son innumerables las editoriales que todavía siguen al margen de las redes sociales y mantienen una actitud de desconfianza hacia Internet, al que incluso llegar a tachar de enemigo del mercado editorial. Una actitud que tal vez pretende justificar caídas en las ventas pero que sin duda hace oídos sordos a la infinidad de oportunidades que ofrece el mundo digital. En la compleja situación en la que se encuentra el sector, solo un patrón híbrido de físico y digital puede dar respuesta a las necesidades y retos que plantea el nuevo modelo de publicación global.

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