
Juicio una bruja, de T. H. Matteson, inspirado en Salem (Fuente).
Los juicios de las brujas de Salem tuvieron lugar en la colonia Massachusetts entre 1692 y 1693. En esos dos años más de doscientas personas fueron acusadas de practicar la brujería y veinte de ellas fueron ejecutadas. Finalmente, la colonia admitió que los juicios fueron un error y compensó a las familias de los condenados. Desde entonces, la historia de los juicios de Salem se ha convertido en sinónimo de paranoia e injusticia, y continúa seduciendo al imaginario popular más de trescientos años después.
Antiguamente se creía que el diablo podía conceder poder a las brujas para dañar a otras personas a cambio de su servidumbre. Por toda Europa, ente los siglos XIII y XVII se extendió el temor a la brujería y decenas de miles de supuestas brujas, en su mayor parte mujeres, fueron ejecutadas por este motivo. Aunque los juicios de Salem se produjeron justo cuando la locura europea estaba llegando a su fin, las circunstancias concretas en las que tuvo lugar explican que se produjera.
En 1689 Guillermo III de Inglaterra inició una guerra con Francia en las colonias americanas que devastó regione del norte del estado de Nueva York, Nueva Escocia y Quebec, enviando refugiados al condado de Essex y, concretamente, al pueblo de Salem, en la colonia de Massachussetts. Este movimiento de personas hizo que los recursos de Salem escasearan y se agravó la rivalidad ya existente entre las familias que controlaban el puerto y de las que dependía la agricultura.
Al mismo tiempo, se generó cierta controversia con el reverendo local, Samuel Parris, de costumbres rígidas y naturaleza codiciosa. En enero de 1962, la hija del reverendo Parris, Elizabeth, de nueve años y su sobrina Abigail Williams, de once años, comenzaron a experimentar ataques en los que gritaban, arrojaban cosas, emitían sonidos y se contorsionaban en extrañas posiciones. Un médico local no tardó en echarle las culpas a lo sobrenatural. Casi al mismo tiempo otra niña, Ann Putnam, de once años, comenzó a tener episodios similares. El 29 de febrero, bajo la presión de los magistrados Jonathan Corwin y John Hathorne, las niñas señalaron a tres mujeres como culpables de sus males: Tituba, la esclava caribeña de los Parris, y dos mendigas, Sarah Good y Sarah Osborne.
A partir del 1 de marzo de 1962, las tres mujeres fueron llevadas ante los magistrados locales e interrogadas durante varios días. Good y Osborne se declararon inocentes pero Tituba confesó que el diablo vino hasta ella y le pidió que se convirtiera en su sierva, al tiempo que confesaba que había otras brujas brujas que también pretendían destruir a los puritanos. Las tres mujeres fueron encarceladas.
Con la semilla de la paranoia plantada, en los siguientes meses hubo una serie de acusaciones. Primero fue Martha Corey, miembro importante de la iglesia. Esta acusación fue especialmente preocupante, porque si ella podía ser una bruja, cualquiera lo sería. Los magistrados llegaron a interrogar incluso a Dorothy, la hija de cuatro años de Sarah Good, y sus tímidas respuestas se interpretaron como una confesión. La situación se agravó cuando el vicegobernador Thomas Danforth acudió en persona a las audiencias. A partir de ese momento, decenas de personas de Salem y de otras aldeas de Massachusetts fueron llevadas hasta allí para ser interrogadas.
El 27 de mayo de 1692, el gobernador William Phipps ordenó que se estableciera un tribunal especial para escuchar y tomar decisiones en los condados de Suffolk, Essex y Middlesex. El primer caso llevado a la corte fue el de Bridget Bichop, una mujer mayor conocida por su promiscuidad. A pesar de que ella se declaró inocente, fue condenada a muerte. Bishop fue la primera persona en ser ahorcada en lo que luego se llamaría Gallows Hill el 10 de junio.

Ilustración de 1876 con Mary Walcott (Fuente).
Cinco días después, el ministro Cotton Mather escribió una carta implorando al tribunal que no permitiera pruebas espectrales, ni testimonios sobre sueños ni visiones. El tribunal ignoró esta solicitud y cinco personas más fueron condenadas y ahorcadas en julio, cinco más en agosto y ocho n septiembre. El gobernador Phipps, en respuesta a la súplica de Mather ‒cuya mujer, además, estaba siendo interrogada por brujería‒, prohibió más arrestos, liberó a muchas de las brujas acusadas y disolvió el tribunal el 29 de octubre. Se rechazaron las pruebas espectrales y de los cincuenta y seis acusados se condenó solo a tres. Phipps acabó perdonando a todos los que estaban en prisión acusados de brujería en mayo de 1693.
Sin embargo, el daño ya estaba hecho: diecinueve personas fueron ahorcados en Gallows Hill, un hombre fue lapidado en prisión, otros más murieron en la cárcel y casi doscientas personas habían sido acusados de practicar la brujería. Tras los juicios y ejecuciones, muchos de los implicados, como el juez Samuel Sewall, asumieron su responsabilidad y confesaron públicamente sus errores. El 14 de enero de 1697, el Tribunal General ordenó un día de ayuno y examen de conciencia por la tragedia de Salem. En 1702, el tribunal declaró ilegales los juicios. En 1711, la colonia aprobó un proyecto de ley que restablecía los derechos y el buen nombre de los acusados y otorgó una restitución de 600 libras a sus herederos. Sin embargo, no fue hasta 1957 —más de 250 años después— que Massachusetts se disculpó formalmente.
En el siglo XX, muchos son los que se han sentido fascinados por los juicios de Salem. El dramaturgo Arthur Miller resucitó la historia con su obra de 1953 Las brujas de Salem, usando los juicios como una alegoría de la paranoia del macartismo en la década de 1950. Además, se han ideado numerosas hipótesis para explicar el extraño comportamiento ocurrido en Salem. Uno de esos estudios, publicado en Science en 1976 por la psicóloga Linnda Caporael, culpó de los ataques de los acusados al hongo cornezuelo, que se encuentra en el centeno, el trigo y otras gramíneas de cereales. Los toxicólogos dicen que comer alimentos contaminados con cornezuelo de centeno puede provocar espasmos musculares, vómitos, delirios y alucinaciones. Además, el hongo prospera en climas cálidos y húmedos, no muy diferente de los prados pantanosos en Salem Village, donde el centeno era el grano básico durante los meses de primavera y verano.
Fuente: Smithsonian.
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