En 1713 unos mineros descubrieron Herculano, una antigua ciudad romana sepultada junto con Pompeya en el 79 a.e.c. Herculano tenía una particularidad: pese a su reducido tamaño, sus habitantes eran relativamente ricos en comparación con otras ciudades cercanas. En una de las villas, llamada tras su descubrimiento Villa de los Papiros (Villa dei Papiri), vivía Lucio Calpurnio Pisón, familia política de Julio César. Era un tipo importante. Y rico entre los ricos.
Como en la actualidad, los acaudalados de aquella época tendían a la cultura por su posición privilegiada y extractiva. Para cuando la erupción sepultó su villa, Lucio había almacenado más de 1800 papiros. Aunque iban a ser trasladados en breve, estos quedaron carbonizados bajo el calor y peso de treinta metros de ceniza volcánica. Paradójicamente, esta destrucción parcial es lo que ha hecho que lleguen hasta nosotros, aunque lejos de condiciones ideales. Los papiros no duran.
Hacia 1752 Camillo Paderni trató de copiar parte de su contenido destrozando en el proceso decenas de papiros. A Camillo se le ocurrió la genial idea de cortar por la mitad estos papiros carbonizados y copiar lo que veía. Os podéis imaginar lo que un corte puede hacer a este material tan delicado. Los rollos se rompían ante sus ojos, convertidos en cenizas. Claro, que la historia no mejoró durante los siglos posteriores.
A finales del siglo XVIII el abad Piaggio logró inventar una máquina para ir desenrollando los papiros con lentitud. Esta máquina tenía una velocidad de un milímetro al día. Pero, además de que destrozaba el material, su contenido se desvanecía rápidamente en presencia de la atmósfera. Hacia 1806 este señor ya había roto unos 200 papiros usando este sistema. El primer método químico tampoco fue la leche.
En su viaje a Nápoles en 1819, Humphry Davy realizó experimentos químicos sobre los papiros. A través de diferentes procesos, en ocasiones relativamente prometedores, seguía siendo demasiado tosco. Los italianos dueños del museo, al ver el destrozo que ocasionaba Humphry, pronto empezaron a poner condiciones titánicas que este químico calificó como “obstructivas”. Al abandonar el proyecto registró que la conducta de las personas frente al departamento en cuestión era del todo menos agradable. Por lo que sea, no les gustaba que Humphry destrozase los papiros.
Durante varios siglos los papiros de Herculano fueron protegidos por motivos obvios. Básicamente, porque todo el que iba a ayudar terminaba por romper unos pocos. Aunque quizá la destrucción más espectacular la provocó el Centro para el Estudio de los Papiros de Herculano (Centro Internazionale per lo Studio dei Papiri Ercolanesi). Ellos fueron los primeros en usar el método Oslo para separar diferentes capas de los papiros. No salió bien.
El método Oslo era un complejo y avanzado método diseñado en 1980 para abrir rollos. Sin embargo, tenía el problemilla, digámoslo así, de fragmentar el papiro. Uno de los papiros llegó a explotar en hasta 300 pedazos distintos, aunque en favor del método Oslo sus resultados eran menos malos que técnicas previas. Al menos no consistía en sumergir papiros en ácido o salvajadas de este estilo.
No fue hasta el reciente 1999 que empezaron a usarse técnicas no invasivas. De hecho, este es el primer año que se usan rayos X para analizar el interior de los rollos. Obviamente, con resultados infructuosos en muchos casos. Como bonus, no destrozaba los papiros. Recordemos que los rayos X se descubrieron de chiripa y fueron usados después como método médico (con trágicos resultados). No es el primer aparato médico en usarse para los papiros de Herculano.
En 2007 se introdujo una técnica novedosa: la resonancia magnética nuclear (RMN). Es la misma tecnología que observa el cuerpo por dentro usando diferentes propiedades mecánico-cuánticas de los núcleos de los tejidos. Obviamente, leer el interior de los papiros sigue siendo todo un reto. Sin embargo, con estas tecnologías es algo menos complicado. De hecho, desde hace poco tiempo se usa radiación sincrotrón en el centro Diamond Light Source para mirar dentro de los papiros.
¿Quién iba a decir que tecnología médica del XIX y XX o que aceleadores de partículas del XIX nos ayudarían a entender la cultura de hace 2000 años?
Imágnes | Wikipedia, Wikipedia
No hay comentarios