En muchos casos, el género poético es una forma de expresión del descontento del ser humano por el mundo social. Eso es lo que hace el poeta español Federico García Lorca con Un poeta en Nueva York,  un poemario escrito durante su estadía en Nueva York en 1929 y 1930. La obra fue publicada en 1940, cuatro años después de su muerte.

Los poemas de Un poeta en Nueva York son un vómito de las desgracias, contradicciones y penas humanas de una realidad que a García Lorca le resulta desgarradora. Mientras que la  ciudad de Nueva York es un símbolo de progreso para el capitalismo mundial, García Lorca se chocó en ese momento frente a la realidad descarnada de una sociedad industrial en pleno desarrollo. Su sensibilidad artística se enfrentó con un escenario plagado de injusticias sociales.

De esta manera, los poemas son una expresión de denuncia a la ferocidad del capitalismo industrial: supo observar, con ojos críticos y poéticos, todas las realidades espantosas que se escondían detrás de la apariencia lujosa, moderna y espectacularizada  de la ciudad. Explorando sus márgenes, fue capaz de notar la desigualdad social y acercarse a la realidad de las minorías.

El autor compone unos versos colmados por lo visceral: la presencia de la sangre, los animales muertos y el hierro son recursos para representar la mecanización y la deshumanización de la sociedad moderna. Hay una asfixiante presencia de la máquina frente a lo vivo y a la naturaleza. Por ejemplo, en este fragmento del poema New York, se puede apreciar bien este punto:

Debajo de las multiplicaciones
hay una gota de sangre de pato.
Debajo de las divisiones
hay una gota de sangre de marinero.
Debajo de las sumas, un río de sangre tierna;
un río que viene cantando
por los dormitorios de los arrabales,
y es plata, cemento o brisa
en el alba mentida de New York.

Lo que más resalta de la composición poética de García Lorca es el surrealismo, un estilo artístico que busca la libre expresión del subconsciente del artista.  De este modo, leer los poemas a veces es un desafío interpretativo: las posibilidades de significados pueden ser muchísimas. Pero aunque las metáforas que emplea puedan parecer crípticas, tienen una potencia enorme para expresar por medio del arte la agonía y la melancolía que siente el poeta.

Aunque sea una clara crítica, no deja de ser poesía surrealista: su finalidad no es transmitir mensajes cerrados y racionales como pudiera hacerlo cualquier ensayo académico, sino provocar emociones y sensaciones. La poesía de García Lorca es la materialización de la crítica por medio de un lenguaje metafórico, sensorial y emotivo.

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