Autónomos. Guía ilustrada para ser tu propio esclavo de Álex Martínez Vidal.

Ser autónomo y emprendedor en España puede considerarse a día de hoy, sin duda, un deporte de riesgo en toda regla. De los barros de la pandemia y de la crisis, el de los autónomos es uno de os colectivos a los que más les ha tocado recoger lodo. Durante interminables meses muchos de ellos se han visto obligados a no trabajar o a hacerlo con fuertes limitaciones y restricciones y una gran parte todavía no ha logrado recuperarse a niveles previos a la pandemia. Además, la situación se ha visto agravada por otros factores como el incremento del precio de la luz, de los carburantes y de toda clase de materias primas, así como por el aumento de la presión fiscal y de las cotizaciones.

En este contexto tan aciago, libros como el que plantea Álex Martínez Vidal, Autónomos. Guia ilustrada para ser tu propio esclavo, son más necesarios que nunca. Porque la conclusión del párrafo anterior es que no está precisamente el horno para hacer bollos, que un autónomo lo último que necesitan es que le enseñen a ser su propio esclavo, y sin embargo, el humor siempre ha demostrado ser una de las formas más poderosas de adaptación a las adversidades. Y de eso, de humor, precisamente, el libro anda sobrado.

Planteados inicialmente a la manera de viñetas y bromas de Instagram, cada una de sus páginas nos ofrece una hoja de ruta por la desdicha del emprendimiento en España, bien sea para corroborar lo que saben hasta los más profanos en esta materia, como para dar una serie de consejos que valen su peso en oro porque están planteados desde el punto de vista de alguien que los ha validado con aciertos y errores. Así, iremos pasando de aforismos lapidarios a ilustraciones desternillantes, pasando por mitos desmentidos (que hay, y muchos) o un glosario que tiene mucha guasa. Pero por encima de todo ese humor, el refrán que reza que entre broma y broma la verdad asoma es más cierto que nunca.

Aunque, todo hay que decirlo, el hecho de que sea muy crítico con el sistema y con la situación de los autónomos, no impide que tenga un trasfondo optimista. Es más, se nota que a Álex Martínez debe gustarle el cuero y el látigo, porque no solo disfruta siendo autónomo sino que, de alguna forma, lo lleva en la sangre, como ha demostrado en el espectáculo que lleva a sus espaldas como parte del dúo cómico Los Martínez titulado Autónomos, el musical.

Vaya por delante una verdad que he callado hasta ahora: yo no solo no soy autónomo sino que probablemente nunca lo sea. Pero eso no me ha impedido leer y disfrutar el libro de Álex Martínez como si lo fuera. El truco: tener a una autónoma como pareja desde hace muchos años (desde hace muchos años que es autónoma y que es pareja). Al ver algunas de las páginas del libro, me sentí tan identificado como si lo hubiera vivido en mis propias carnes, y supe que ella también lo sentiría.

A pesar de ser una guía, el libro no pretende hacer un exhaustivo análisis ni un pormenorizado balance del emprendedor ni de los pasos para convertirse en uno. Es un libro cercano y divertido, con un lenguaje divulgativo y nada técnico, escrito por alguien que odia los números y los Excel y que habla desde la experiencia personal. No va a descubrir nada nuevo a los que lleven tiempo sufriendo en sus carnes el ser autónomos, pero seguramente les pase lo mismo que a mí, que se ven reflejados en todas o casi todas las situaciones y que, algo muy necesario, se tomen con humor su malaventurada condición. El libro también puede ser bastante útil, quizá incluso más, para aquellos que se estén planteando la posibilidad de convertirse en autónomos. Spoiler final: la cosa está bastante jodida, pero con dedicación, esfuerzo e ingenio se sale adelante.

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