
William Shakespeare (Fuente).
Aunque se le considera el mayor dramaturgo de la literatura inglesa, se sabe muy poco sobre William Shakespeare. Al igual que algunos de los personajes más famosos de sus obras, continúa siendo un enigma. Según la Biblioteca Folger Shakespeare, los desafíos a los que se enfrentan biógrafos y académicos que desean acercarse a su biografía se deben sobre todo a que el autor vivió hace cuatrocientos años y muchos de los registros de esa época se perdieron o ni siquiera llegaron a existir. Lo que sabemos con certeza es que su vida giró en torno a dos lugares: Stratford y Londres. Sabemos que creció, tuvo una familia y compró una propiedad en Stratford y que trabajó en Londres. Alcanzó cierta fama como actor, dramaturgo y socio de una importante compañía de teatro.
Como dice William Neilson en The Facts About Shakespeare, la existencia de registros oficiales hace que sea posible reconstruir con considerables garantías las carreras de los hombres públicos, pero en el caso de Shakespeare, como en el de otros de su profesión, solo contamos con unos pocos documentos fragmentarios, complementados con tradiciones orales de diversos grados de autenticidad.
Incluso desconociendo tanto sobre tu su vida, muchos han sido los que han imaginado y reinventado a Shakespeare según sus gustos, habiéndose escrito infinidad de biografías, recurriendo a conclusiones sacadas de sus obras, imágenes contemporáneas o a lo poco que se sabe de su historia real. Hay que tener en cuenta que solo seis o siete decenas de hechos reales pueden verificarse mediante evidencia documental, como registros eclesiásticos o judiciales, testamentos, memorias, cartas, o algún que otro testimonio escrito. Es a partir de esos documentos que los biógrafos han tratado de imaginar la biografía del dramaturgo.
Una de esas biografías es la del novelista británico Anthony Burgess, más conocido por su novela distópica La naranja mecánica. En el prólogo de su novela biográfica, publicada en 1970, Burgess escribe: «Dado que los materiales disponibles para una biografía de Shakespeare son muy escasos, se acostumbra a compensarlo con lo que el Dr. Johnson llamaba rapsodias encomiásticas, pero ya todos estamos cansados de que nos pidan que admiremos sus versos, que nos emocionemos por la modernidad de su filosofía o por la profundidad de su conocimiento del corazón humano. Lo que reivindico aquí es el derecho de todo amante de Shakespeare a pintar su propio retrato del hombre […] Que Shakespeare persista en presentar una figura tan sombría es una de las razones para perseguirlo».
Al igual que Burgess, Isaac Asimov, escritor estadounidense más conocidos por sus novelas de ciencia ficción, también estaba fascinado por la vida y la obra de Shakespeare. Asimov fue un autor muy prolífico, habiendo publicado más de quinientos libros durante su trayectoria. Uno de ellos fue La guía de Shakespeare de Asimov, publicado en 1978. En ella explora las treinta y ocho obras de Shakespeare, escena por escena, incluyendo sus contextos históricos, geográficos y mitológicos, así como sus dos poemas narrativos. En una obra posterior, Asimov abordó el tema de la escasez de información sobre la biografía de Shakespeare: «No fue hasta la Restauración, que comenzó casi medio siglo después de la muerte de Shakespeare, que nadie empezó a escribir sobre el bardo. Biográficamente, era demasiado tarde. Los colegas y conocidos de Shakespear ya estaban muertos y las condiciones en las que este había trabajado era ya completamente diferentes. Además, el dramaturgo más célebre del mundo no dejó nada escrito sobre sí mismo».
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