La ciencia, la magia y la literatura son elementos culturales intensamente relacionados. Entre una y otra se retroalimentan y potencian para dar al proceso narrativo, la eficiencia, credibilidad y consistencia que conducen a la creación de un conjunto armonioso dentro de una narración importante y atractiva. La ciencia y la magia aportan elementos a la literatura. Las obras literarias se podrían explicar a través de su base científica. Así mismo, la literatura ha sido el fundamento de muchos escritores y científicos para desarrollar interesantes mundos narrativos mediante la aplicación del método científico en la exposición de sus relatos. Para ello, la ciencia utiliza un lenguaje instrumental. Se ajusta a un marco de referencia existente. El lenguaje literario no es un medio como la ciencia, sino un fin en sí mismo (De Asúa, M. 2011: 2). La gran mayoría de las obras científicas y humanísticas más importantes, desde la antigüedad, el renacimiento y la edad moderna,-incluida la magia, la cual era considerada en el renacimiento, como parte de la filosofía natural- utilizan sus fuentes de información, sin separar lo científico y lo mágico de lo literario.Basta mencionar las obras de Aristófanes, Homero, Aristóteles,Platón, Hesíodo, Ptolomeo, Dante, Petrarca, Bacon, Galileo, Descartes, Newton, Shakespeare, Marlowe, Rabelais, Goethe, Poe.
De acuerdo con el planteamiento de Guevara Pezoa F. en Eurekadabra: Sciencie, technology and Magic (2019): <<la ciencia, la tecnología y la magia han cruzado sus caminos en más de una oportunidad; esta sinergia ha coadyuvado no sólo a la divulgación de distintos avances tecnológicos en diversas épocas, sino que ha impulsado el desarrollo de tecnologías que en nuestros días ya son triviales (….), así mismo, los progresos de la ciencia y la tecnología han hecho posibles avances que alguna vez fueron catalogados como mágicos, y redefinen lo que en algún momento de la historia se consideró sobrenatural>> (2019:4). En este orden, consideramos que también la literatura ha cruzado sus caminos con la ciencia y la magia, al expresarse en sus vertientes mágicas, científicas y sobrenaturales.
En tal sentido, es paradigmático el caso de Dante Alighieri (1265-1321), en su obra cumbre, la Divina comedia, la cual desarrolla una concepción científica del universo mediante el despliegue de técnicas literarias eficientes, que lo convierten en un tratado literario y poético de primer orden, al punto de constituirse en el viaje de ultratumba más famoso de la literatura universal. (Manrique, A. 2014: 215). Uno de los aspectos que favorece la actuación de Dante, es su condición de gran erudito con avanzados conocimientos de las doctrinas astronómicas y matemáticas de su tiempo; la activa participación política en su país y la inexistencia de una distinción entre la ciencia y las humanidades, para su época. La mayoría de estos conocimientos están desplegados en la Divina comedia, con amplias referencias cosmológicas sobre la concepción del universo en la Edad Media, la cual se dividía en tres reinos: Infierno, Purgatorio y Paraíso, narradas en forma poética. Dicha concepción fue la que permitió a Dante desarrollar el argumento central de la Divina comedia, y expresar el núcleo de su ideario moral y filosófico. La obra consiste en la narración del viaje de Dante al <<más allá>> en la cual los tres reinos se corresponden con las tres grandes partes del poema y que Dante recorre bajo la guía de personajes simbólicos como el poeta Virgilio y Beatriz -su compañera-, observando la aplicación de castigos y premios a pecadores y bienaventurados, según su comportamiento en la vida terrenal. Se puede interpretar también como un viaje hacia Dios y la divinidad, teniendo a la Tierra como centro. Esto se deriva de la visión de Dante de que el hombre debe ascender hacia la sabiduría y la virtud mediante el estudio. Este ascenso está obstaculizado por el ejercicio del pecado, el cual debe ser eliminado, frenado y sometido al control de la voluntad.
Este poema le mereció a Dante el ser destacado entre todos los poetas antiguos y medievales, como el más fecundo en cuanto a creaciones poéticas se refiere (Crema Eduardo), y ser calificado como uno de los representantes del llamado dolce stil novo, movimiento literario que transformó la poesía popular amorosa en un arte refinado capaz de reflejar las influencias de corrientes filosóficas contemporáneas (Gangui Alejandro).
Se dice que Galileo interpretó matemáticamente el infierno de Dante, basado en herramientas que adapta de las obras de Arquímedes y Euclides, y presentó calculos muy refinados sobre la configuración del infierno, prevista por Dante, en cuanto a medir el ancho del río Aqueronte; la extensión del Limbo; la cantidad de puentes, la profundidad del pozo de los gigantes, etc. (Manrique, A. 2014: 220). Son muchas y variadas las alusiones de Dante a los astros, los planetas, el sistema solar, la configuración de las esferas, y su influencia en el hombre, sobre lo cual reseña al respecto: No solo las estrellas, por su senda señalan a cada hombre su destino del bueno y del mal influjo en la contienda (El purgatorio. Canto 30). Y los siete planetas vi luciendo, veloces son y grandes, y en el cielo, con sus distancias su girar midiendo (El Paraíso. Canto 22).
La cosmología de la Divina Comedia es una derivación del modelo aristotélico de la física y el cosmos, de gran influencia en el quehacer intelectual durante dos milenios y del cual Dante poseía sólidos conocimientos. Dicho modelo se basaba en la permanencia de la tierra como centro del universo y los astros eran transportados por esferas materiales cristalinas y transparentes. Son varias las referencias de Dante sobre Aristóteles y la ubicación y movimiento de las esferas planetarias: De Platón y Aristóteles he hablado y de otros, muchos más (El purgatorio. Canto 3). En cuanto a las esferas: La octava esfera muestra en su elemento muchos astros, y en él cada lumbrera difiere en su grandor y alumbramiento (El paraíso.Canto 2). En este orden, se calcula que existen más de cien pasajes relacionados con la astronomía en la Divina comedia y cada uno de los cánticos de que se compone concluye con la palabra <<estrella>> (Gangui Alejandro).
El viaje de Dante hacia la divinidad tiene un sentido espiritual, figurado, hacia un lugar que no pertenece al mundo físico, sino que representa un estado de ánimo mental y sentimental de carácter metafórico, que expresa la elevación y superación espiritual del hombre. En realidad el viaje de Dante es hacia las entrañas de la tierra, hacia el centro de esta, acompañado del poeta romano Virgilio. Así, en el infierno destaca los distintos niveles de castigo, donde los peores pecadores están en las mayores profundidades. Esto se identifica con la concepción aristotélica que afirma que todo cuerpo tiende a buscar, en línea recta, el centro de la Tierra por el camino más rápido y más corto. A su vez, este postulado está asociado a la ley de gravitación universal, en el marco de los conceptos de atracción y repulsión de los átomos y su búsqueda de la unidad y del centro de la tierra, desarrollado y corregido más tarde, por el eminente científico Isaac Newton, el cual es expuesto y analizado, con carácter poético y literario por el gran escritor norteamericano, Edgar Allan Poe.
En efecto, Edgar Allan Poe (1809-1849), eminente escritor estadounidense, reconocido como uno de los grandes maestros de la literatura universal, utilizaba la ciencia para dar veracidad, forma y contenido a sus personajes y ambientes, en muchos de sus relatos, cuentos y narraciones. Entre estos se destacan las de carácter detectivesco, donde combina los métodos analítico-deductivos de la ciencia, así como elementos matemáticos y probabilísticos. Tal es el caso de Los crímenes de la calle Morgue, El misterio de Marie Roget, La carta robada y El escarabajo de oro. En otros relatos expresa con más profundidad sus ideas científicas y su concepto de la autenticidad de la ciencia, al manejar, con gran solvencia, temas como, la frenología, el mesmerismo, el hipnotismo, los viajes, la transformación de la materia, el paso de lo corpóreo a lo espiritual, los autómatas y la formación del universo. Estos temas están desarrollados en relatos como La verdad sobre el caso Valdemar, Revelación mesmérica, Conversaciones con una momia, El demonio de la perversidad, etc.
Sin embargo, es en Eureka (1848), una rigurosa obra sobre cosmología que también puede ser leída como un cuento fantástico (Stott,G.St. 2009: 3), donde Poe despliega todas sus cualidades en el conocimiento de las teorías científicas, la profundidad filosófica y el uso de la lógica, combinado con una narrativa de alto valor poético, al punto que el mismo Poe la calificó de poema y que como tal fuera leído: <<A ellos presento esta composición sólo como un producto de Arte, como una novela, o si no es pretensión demasiado elevada, como un Poema>> (Prefacio).
Poe en Eureka, acude a la mención y estudio de los más destacados pensadores y sus teorías y métodos científicos desde Aristóteles, Bacon, Euclides, Kepler, Newton, Kant, basándose en el principio de la gravitación newtoniana, y apoyándose en los métodos, deductivo, inductivo, apriorístico y a posteriori, hasta desembocar en su gran punto de apoyo como fue la teoría de <<la cosmogonía nebular de Laplace>>, la cual Poe consideraba: <<Bellamente verdadera. Es demasiado bella, por cierto, para no poseer la verdad como esencia, y digo esto con profunda seriedad>> (p.32).
Contemporáneos o muy cercanos al ciclo vital de E. A. Poe, se encuentran destacados y reconocidos escritores, quienes también cruzaron el tema literario y científico como argumento en sus narraciones. Entre ellos podemos mencionar a J.W. Goethe y Julio Verne. Se sabe de los estudios morfológicos de Goethe(1749-1832) sobre las plantas y animales, sobre óptica, donde discute los principios newtonianos de la descomposición de la luz. En su novela Las afinidades electivas (1809), usa metáforas tomadas de las teorías químicas de las afinidades, teoría de la atracción de las sustancias en sus combinaciones. Apoyadas en la teoría de la atracción newtoniana, dichas metáforas lo conducen a las relaciones entre los personajes (De Asúa, M. 2011: 8). El Fausto (1808-1832), es una obra que constituye una parábola sobre el conocimiento científico, expresada en términos poéticos. Desde la primera parte de la obra Fausto se autocrítica por haber estudiado <<Filosofía, jurisprudencia, medicina y hasta teología, todo lo he profundizado con entusiasmo creciente y heme aquí tan sabio como antes (….) no tengo bienes, dinero, honra, ni crédito en el mundo (….) por eso he tenido otro recurso que consagrarme a la magia>> (p.6). Aquí Goethe cuestiona la posición del científico empírico, incompleto, que carece de la instrucción formal, académica y teórica, motivo por el cual se frustra, cae en la desmoralización y termina en la magia, dentro de un proceso exagerado y obsesivo en la búsqueda de sabiduría y conocimientos, sin resultados personales, que lo llevan a la desesperación y la frustración y a perder el sentido de la vida. Por ello Goethe privilegia la razón y la ciencia, descartando la magia y la alquimia, ya que esta actitud de Fausto facilitó su caída en manos de Mefistófeles, pues éste expresa: <<Si desprecia la razón y la ciencia, la más potente fuerza de los hombres, y si se fortalece con el espíritu del engaño, con obras de ilusionismo y magia, ya lo tengo en mis manos incondicionalmente>> (p.24). En el Fausto se entrecruzan la ciencia y la poesía. Cada una se vuelve hacia la otra. De allí que Goethe exclama: <<LLévame a ese sereno rincón del cielo, donde sólo para el poeta florece la auténtica alegría>> (p.2)
Julio Verne (1828-1905), conocido y prolífico novelista francés, de alto vuelo imaginativo y capacidad de predicción, autor de innumerables obras de carácter científico-literario, gran difusor de la ciencia por la fluidez y eficiencia de su producción narrativa. <<Ha puesto la fábula al servicio de la ciencia, dando a entender las cosas más difíciles por medio de la amenidad y del conjunto armonioso de una narración interesante>> (Martinez Juana). Una difundida novela de Verne, La isla misteriosa (1874), es una obra digna de la ciencia y la técnica aplicada, con personajes científicos -ingenieros-, que intentan dominar la naturaleza, con la fabricación de productos químicos avanzados para la época como el ácido sulfúrico. Esta obra forma una trilogía de carácter científico-narrativo junto a las novelas Veinte mil leguas de viaje submarino (1869) y Los hijos del capitán Grant (1867).
Todo este cruce entre ciencia, magia y literatura alcanza su máxima expresión en la exitosa novela Cien años de soledad (1966), del célebre escritor colombiano Gabriel García Márquez, premio nobel de literatura 1982, ya que muestra una inequívoca relación entre los tres conceptos. La obra consta de veinte capítulos, y la referencia a este tema está contenida en el primero. Sin embargo, la llegada de los gitanos a Macondo con los nuevos inventos, encabezados por su líder, Melquiades, son determinantes en todo el desarrollo y evolución de la novela, ya que este personaje aparece y desaparece a lo largo de la obra hasta el final. En efecto, los pergaminos del gitano Melquíades -que los Buendía tratan de descifrar-, refieren toda la historia de esa estirpe de los Buendía, fundadores y actores principales en la vida de Macondo, así como el destino de este pueblo. Melquiades, y sus gitanos llevaron la ciencia y la magia a Macondo, compartiendo con sus habitantes los hallazgos científicos. En la obra, se destacan quince inventos aportados por los gitanos, que van desde el imán, <<la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia>> (p.3); el catalejo y la lupa gigante; la dentadura postiza; el hielo; la estela voladora, entre otros. Melquiades es un personaje ambiguo, polifacético que se maneja en la ciencia pero también en la magia, la alquimia y ostenta poderes sobrenaturales. El autor lo considera un ser prodigioso que poseía las claves de Nostradamus y parecía conocer el otro lado de las cosas (p.4). Versado en alquimia, como conocedor de los siete metales de los siete planetas y la fabricación de la piedra filosofal; consultor de las formulas de los grandes sabios y alquimistas como Zósimo, Moisés, el monje Germán, Maria la judia y los sabios de Memphis (pp.4-8). Fulcanelli, seudónimo de un autor desconocido de libros de alquimia del siglo XX, en su obra El misterio de las catedrales (1922), testimonia que en el dialecto de los gitanos estaba contenido un lenguaje característico o idioma sagrado, que enseña el misterio de las cosas y desvela las verdades más ocultas (p.22).
La explicación de la inclusión del tema científico en Cien años de soledad tiene dos vertientes. Por un lado, si seguimos la exposición de M. Vargas LLosa, en su extenso estudio García Márquez, historia de un deicidio (1971), García Márquez utiliza la magia y la ciencia como uno de los recursos estilísticos principales para trasladar seres, objetos, y situaciones de lo real objetivo a lo imaginario y de lo particular a lo general (p.421), ya que lo real imaginario tiene un efecto arrollador, totalizante y es el elemento hegemónico de la materia narrativa en la novela (p.596).
Por otra parte, la ciencia fue un factor de progreso y bienestar en la transformación histórica de Macondo, ya que evolucionó de una aldea de cuarenta casas de barro, aislada, pobre y subdesarrollada, a una comunidad en periodo de prosperidad, donde se renueva el aspecto urbano, se introducen adelantos como, el ferrocarril, la luz eléctrica, el cine, el gramófono de cilindros y el teléfono, con una incipiente producción industrial, con una fábrica de hielo y helados, con nuevas clases sociales-técnicos y obreros- a partir de la llegada de la inversión extranjera, representada por la compañía bananera, que convierte a Macondo en país monoproductor de materias primas e inicia su caída y desaparición, con la fiebre del banano, lo cual significó la decadencia de los Buendía, su ruina económica y su disgregación por el mundo (Vargas Llosa. 1971: 563-574).
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