Hace unos años, con el boom que tuvo Mastodon y las redes sociales descentralizadas, me cree una cuenta en la instancia mastodon.social, que abandoné prácticamente en cuestión de horas. Por aquel entonces, 2016, el fediverso era difícil. Instalarlo costaba, abrirse una cuenta también. Las aplicaciones eran feas y poco intuitivas. Y, más importante, yo vivía en la inopia.

Pero en 2016 yo apenas sabía sobre el funcionamiento de la red. No había leído a Marta Peirano, Bruce Schneier, Adam Alter, Marc Goodman o Cathy O’Neil. Vivía completamente ajeno al peligro que suponían para mí, mis seres queridos y la sociedad en la que vivo la existencia de redes sociales corporativas. En octubre de 2021 cerré Facebook y en abril de 2022 empecé a usar Mastodon por defecto, una instancia del fediverso.

Después de varias semanas de uso he visto que hay muchísimo movimiento. A mi alrededor crece una pequeña pero sólida red de interesados en urbanismo, y me encanta. Aquí cuento lo que he aprendido en estas semanas, con el fin de que aquellos que nunca han oído del descentralismo se animen. Vamos a ello.

 

Mastodon es difícil. Negativo. Pero lo era, y mucho, y todavía se piensa en ello como algo inabordable. No lo es. Hoy en día es tan sencillo como buscar una instancia que te guste y abrir una cuenta. Tan sencillo como cualquier otra red social.

Cómo funciona el fediverso. El fediverso es un protocolo más que una red social. Permite a varias instancias hablar entre sí. Mastodon es una instancia. Cada instancia tiene uno o varios moderadores, y unas reglas. A menudo, las instancias se ordenan por temática. Por ejemplo, la instancia red.niboe.info se orienta a ciencia, tecnología y conocimiento libre, mientras que eldritch.cafe se orienta al feminismo. Por descontado, los usuarios de una instancia pueden seguir y hablar con los de otra. Es como si hubiese varios ‘tuiteres’, y todos pudiesen hablar entre sí. Las instancias solo son las diferentes cajas descentralizadas donde se guardan los usuarios.

conexiones del fediverso

Por dónde empiezo. El primer paso para entrar en esta red de redes sociales es buscar una instancia que te guste y dentro de la cual te sientas cómodo/a. En la web Instancias puedes filtrar por tu idioma y gustos. Por ejemplo, alguien de hispana al que le apasione la cultura e innovación social puede entrar en culturaeinnovacion.social, si eres científico/a quizá lo tuyo sea fediscience.org, alguien de Mexico puede ir a MaSToDoN.MX, y alguien de Madrid a mastodon.madrid. Aunque lo cierto es que no es en absoluto obligatorio funcionar de este modo. Lo que sí se recomienda es entrar en una instancia en la que quien modere hable tu idioma. Simplifica las cosas.

Toots, menciones, impulso, favoritos, seguidores. El fediverso funciona como Twitter. En muchos aspectos es idéntico. Los mensajes son toots. Cuando alguien te responde hablamos de menciones. Cuando comparte tu contenido (retuitear) son impulsos. Los favoritos y seguidores son idénticos en la práctica.

Sí, aquí también hay tontos. Después de dos semanas he tenido que bloquear a un usuario de una instancia vecina. No dejaba de capturar frases mías y publicarlas como suyas. Efectivamente, el administrador de la instancia le ha expulsado porque incumplía sus condiciones. En todas partes hay idiotas, si bien es cierto que su número es notablemente bajo en el fediverso. ¿Por qué?

La moderación funciona. Uno de los puntos más importantes del fediverso es que la moderación funciona. Si un usuario molesta a los demás, se le puede expulsar. Las normas de cada usuario depende de cada instancia, aunque son todas bastante parecidas. Incluso instancias neoliberales y anarquistas tienen puntos en común. Cuando un usuario se descarria, los moderadores lo expulsan de forma muy rápida.

No hay publicidad. Algo que también destaca de esta red es que no hay publicidad. La red se financia mediante donaciones de usuarios. Yo, por ejemplo, dono 5 euros mensuales a mi instancia, pero cada instancia puede elegir la forma en que recauda capital.

No hay injerencias de marca, ni granjas de trolls. Además, en el fediverso (aún) no hay marcas. Es posible que las haya en un futuro, lo cierto es que nada lo evita. Aunque es poco probable que triunfen allí, por la forma en que funciona el sistema. Bloquear usuarios y marcas es demasiado fácil.

¿Está vivo? Mucho. La interacción en el fediverso puede compararse, al menos por mi parte, con la de Twitter. Si bien es cierto que tiene muchísimos menos usuarios, estos parecen más activos y orientados a subcomunidades bastante interesantes.

No es más justo. Cada poco tiempo hay alguna polémica en el fediverso porque un usuario es expulsado aparentemente sin venir a cuento, porque los moderadores determinan que ha hecho algo que no debería haber hecho. O porque un usuario molesto no parece incumplir las condiciones de su instancia, y sigue pululando por ahí. Eso pasa. Pasaba en Twitter y pasa aquí. La diferencia, quizá, es que los Términos y condiciones están mucho más claros, y que puedes hablar con los moderadores para explicarte. Eso en Twitter no pasa.

El fediverso no es, ni por asomo, una red social llena de luz. Es un sitio lleno de gente, y donde hay gente hay jaleo. Donde hay moderadores hay injusticias. Donde hay diferentes sensibilidades hay conflicto. La diferencia básica con otras redes sociales de empresas es que esta no está participada ni cotiza en bolsa. No hay accionistas, ni empresas, ni términos y condiciones orientados a extraer valor de tu persona. Solo por eso, merece la pena probarla.

Después de dos semanas de pulular por aquí he escrito 421 publicaciones, sigo a 254 personas, y 147 personas me siguen a mí. Me parece interesante comentarlo.

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