Diseño de cubierta: Ro Delgado. Fotografía: Editorial 16

Para mí, la poesía es un gusto adquirido. No me importa reconocer que he tardado bastante años de lector en disfrutar e iniciarme en la poesía. Nostalgia Google Earth, de Jorge Velasco, poemario editado por Editorial Dieciséis, ha sido, de alguna manera, un desvío en la autopista de los clásicos que venía leyendo (Lorca, Rimbaud, Panero) y ha resultado un remanso de paz en el trayecto. Uno de esas pintorescas villas de la que acabas guardando mejor recuerdo que de cualquier otra cosa del viaje.

Ahora bien, reseñar un poemario me resulta difícil. Por un lado, porque mis lecturas de esos clásicos que conforman el corpus de lo que llamaríamos canon universal todavía está verde. Por el otro, porque la hegemonía del verso libre hace que el análisis formal carezca de sentido. La poesía se ha convertido en sinónimo de libertad y subjetividad máximos, y analizar Nostalgia Google Earth desde un prisma académico sería una pérdida de tiempo.

Empezaré hablando, pues, de los temas. En un poemario que se atreve a utilizar la palabra nostalgia en el título, uno no sabría qué esperar. El hilo conductor de estos poemas es la propia Tierra; más concretamente, la línea invisible que la divide en dos. A modo de narrador omnisciente, como si fuera el satélite de Google orbitando el globo, la poesía ahonda en un recorrido de las zonas geográficas escogidas: del calor al frío, de la ciudad y el capitalismo a la China comunista, la selva, el agua, la arena. Un recorrido plagado de humor, no de nostalgia. Y este es, quizás, el primer gran chiste del libro y también su primer gran acierto. Donde la poesía podría valerse de la melancolía y la nostalgia, Jorge Velasco presenta un poemario mordaz, ácido, divertido en su vertiente de humor negro, tragicómico hasta la médula.

Ho Chi Min la liana del proletario

mi consejo suéltala en cuanto puedas

su consejo chû nghía cong sàn sông

ya lo dijo García Lorca

después del fusil vendrán las lianas

       –  Extracto del poema Trópico de Cáncer.

Y mientras la geografía (o, más bien, psicogeografía, en la escuela narrativa de Ian Sinclair) es el eje sobre el que vertebra Nostalgia Google Earth, la tecnología y el desconcierto frente a ella, el conflicto entre naturaleza e informática, entre coches y bueyes, asfalto y arena, es la constante, el eje transversal, que va salpicando cada verso.

“Houston! Houston!

Jeff Bezos en órbita

contempla desde un punto del éter

la desaparición de Kiribati

          – Extracto del poema Austral.

Habiendo realizado un recorrido por los temas, me gustaría hablar de estructura. Ciertamente algo que me encuentro en la poesía moderna, sobre todo la que copa las listas de libros de moda en las librerías, es que los poemarios parecen discos de grandes éxitos. Un conjunto de poemas con vagos nexos de unión y una estructura azarosa donde la voz del autor o autora se convierten en vehículo para un concierto con muy poco orden. Y, claro, la poesía no debería seguir un orden. Pero cuando un poemario tiene una propuesta de temas tan clara como es Nostalgia Google Earth, nada debería dejarse al azar. La estructura sigue la línea del Ecuador, estableciendo a vista de pájaro (o de Dios, o de satélite, o de astronauta) un vistazo a los biomas que componen nuestro mundo. De esta manera la poesía no se transporta de forma abstracta, sino que nos marca un camino claro, delimitado aunque libre en su exploración, una bandera sobre la que asentar una serie de temas y escenarios. No deja nada al azar, sino que el recorrido es preciso, el autor establece una narración para que el lector no se deje llevar por una serie de imágenes sugerentes, sin más. Es un diálogo: la Tierra, la poesía, el humor, la nostalgia, el miedo al futuro y el lector. De esta manera queda claro que el autor tiene algo de lo que hablar, y no únicamente un puñado de intensos sentimientos arrojados a la cara del lector con la intensidad de un cañonazo.

Y, para terminar, tenemos la estética y el ritmo En la voz lírica, la estética predomina. Y en la poesía moderna, la estética es un arma. Una con la que se resaltan ideas, se componen discursos y se retuercen diálogos. Jorge Velasco utiliza una estética narrativa y lírica muy poderosa: mezcla lenguajes, deja de lado los signos de puntuación, compone un verso libre lleno de ritmo, que nos encamina a través de un lirismo descriptivo que me lleva a pensar en Aníbal Nuñez. La ruptura que supone el uso del chino, el árabe y otros idiomas sin transcripción ni traducción, en crudo, hace que el viaje hacia esos lugares que cruza el libro no sean tan solo temáticos o metafóricos. Son estéticos, son rítmicos. Abren huecos para que el lector conforme la imagen y después cierran la puerta con un estruendoso portazo, atrapándolo dentro.

«[…] en el muro de los ausentes de Tepito

en el altísimo tzompantli de Moctezuma

en el puro centro de Coyoacán

donde un turista vomita calentísimo tequila»

        – Extracto del poema Xerofilia.

Nostalgia Google Earth es un poemario lleno de humor, de acidez y de ritmo. Un compendio de lugares, pero también un abanico de sensaciones, ideas que discuten entre sí y mentiras contadas como si fueran verdades inamovibles. Un poemario con fuerza y ritmo que hace del verso libre un kalashnikov y de la Tierra un caleidoscopio de narraciones extraordinarias.

Jorge Velasco (Cartagena, 1993) ha publicado poemas y relatos en algunas revistas literarias españolas e hispanoamericanas como Drugstore, Alborismos o El coloquio de los perros. Nostalgia Google Earth es su primer libro de poemas.

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