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La lectura es una habilidad esencial durante el desarrollo educativo de cualquier estudiante. Por desgracia, muchos jóvenes tienen dificultades para desarrollar destrezas de decodificación o aprender la habilidad lectora y pierden el interés en ella rápidamente. Sin embargo, existen una serie de estrategias para alentar a los lectores indecisos a convertirse en lectores motivados, tanto en el hogar como en el aula. Si bien es cierto que no se trata de una receta mágica capaz de obrar milagros, bien aplicada sí podrá dar buenos resultados.

1. Identifica qué hay detrás de la falta de interés

Hay muchas razones por las que una persona puede ser un lector reacio, desde haberse quedado atrás en las habilidades de decodificación hasta no saber qué temas son personalmente atractivos. Si se piensa que el nivel de un joven necesita mejorar, practicar la lectura de libros en voz alta alternando entre el joven y el adulto puede ayudar a la comprensión del vocabulario y a la mejora de la pronunciación. Si, por el contrario, el joven está desmotivado porque no ha encontrado un libro que aborde nada que le interese, es posible que lo descubramos porque tiende a abandonar libros (a veces lee la primera página e inmediatamente lo abandona) o porque es capaz de deambular por una biblioteca o por una librería sin ser capaz de elegir un libro.

2. Encuentra libros que le interesen

Uno de los mejores y primeros pasos para lograr que un lector reacio comience a leer es averiguar qué le interesa. Cuando se le pregunta a un niño directamente qué le gusta leer, es muy posible que no sepa cómo responder debido a la falta de conocimiento o de percepción personal. Tratar de conocer a ese niño y saber cuáles son sus intereses y pasatiempos sería un gran comienzo. Por ejemplo, se suele decir que los jóvenes prefieren jugar a videojuegos en lugar de leer, pero se puede convertir ese hábito en una forma de fomentar la lectura descubriendo qué juegos les gustan y buscando libros que compartan tema con ellos.

3. Engánchale con libros de vocabulario sencillo

Especialmente cuando un niño tiene dificultades con las habilidades de decodificación lectora, es crucial presentarle libros que generen mucho interés pero que sean fáciles de leer, con poco vocabulario. Una vez que se hayan descubierto los intereses del niño, no basta con elegir libros que coincidan con sus temas favoritos, también habría que procurar que estén a su nivel de lectura para eliminar los obstáculos que el lenguaje presenta para el desarrollo de las habilidades lectoras. Es esencial fomentar la confianza de los lectores antes de presentar mayores desafíos, que podrían disuadir a un niño de leer.

4. Genera confianza a través del refuerzo positivo

Los lectores consolidados están siempre buscando libros nuevos y poniendo en práctica sus habilidades lectoras, pero los lectores reacios son todo lo contrario. Esto genera una gran falta de confianza por parte de los segundos. Para fomentar la lectura no hay que olvidar que es necesario aumentar la confianza en las habilidades personales, lo que se pueden hacer a través del refuerzo positivo y cambiando el enfoque al centrarse en lugar de en las deficiencias en las fortalezas.

5. No fuerces a la lectura

Es normal que los lectores reacios quieran resistirse a leer. Obligar a hacerlo solo empeora la situción. Cuando un joven se niega a leer en casa, lo que deberían hacer los padres es incorporar la lectura en voz alta con libros de su interés. Por otra parte, es importante practicar con el ejemplo. Por desgracia, a lo largo del día a veces no queda tiempo o espacio para hacerlo, por lo que hay que intentar buscar cualquier oportunidad. Por ejemplo, en lugar de encender la televisión durante la cena, se puede tratar de puede tratar de practicar la lectura en voz alta.

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