
Imagen vía Shutterstock.
Disfrazarse es una manera más de divertirse, pero también de aprender. Bajo el disfraz, uno oculta su verdadera identidad y se representa a sí mismo como otra persona. No hay entonces limitaciones, restricciones o tabúes e, incluso, están permitidos toda clase de excesos y libertinajes. Bien lo sabían los griegos, los egipcios y los romanos, que se disfrazaban en honor a sus deidades y que, bajo el amparo de máscaras, preservaban sus identidades sin preocuparse por los excesos cometidos. No conviene, pues, subestimar la importancia de un disfraz.
Muchas grandes mentes de la historia de la literatura eran conscientes de ello y decidieron formar parte de esa larga tradición, donde además vestuario y juego se mezclan de forma intrincada con la narración de cuentos. Hoy os traemos seis de esos escritores, con disfraces que con el tiempo se han convertido en icónicos.
Mark Twain como Leandro
Mark Twain era un animal de teatro. Como parte de su carrera literaria, realizó una gira internacional en el que leía y hacía lo que mejor se le daba: hacer comedia. En la fotografía aparece con su hija, Susy Clemens, en un retiro de artistas en Catskills en 1890. La pareja estaba imitando a los amantes griegos Hero y Leandro. Como parte del disfraz, Twain tiene un cofre y una bolsa de agua caliente alrededor del cuello.
Virginia Woolf como príncipe abisinio
De esta fotografía ya hemos hablado en La piedra de Sísifo. En 1910, un irreverente poeta llamado Horace de Vere Cole hizo, con algunos de sus amigos más bohemios, la que sería su broma más famosa. Se disfrazaron como monarcas abisinios y lograron hacer una visita oficial al buque HMS Dreadnought. Entre sus cómplices había una joven de 28 años llamada Virginia Stephen, conocida más tarde Woolf, que se puede ver en el extremo izquierdo, sentada y con barba. Un disfraz que hoy en día se consideraría políticamente incorrecto.
F. Scott Fitzgerald como dama
Hay una compañía de comedia en la Universidad de Pennsylvania llamada Mask and Wig. Fundado en 1889, Mask and Wig era una compañía teatral de la Universidad de Pennsylvania que solo admitía hombres entre sus filas. F. Scott Fitzgerald formó parte de esa compañía y representó un papel femenino en un musical llamado The Evil Eye, una producción del Princeton Triangle Club. Poco se sabe de su actuación, salvo que el New York Times lo describió como el «facsímil femenino más hermoso» de la obra.
Norman Mailer como Stanford White
Ragtime es una brillante novela histórica y uno de los mejores libros de E.L. Doctorow. Cuando en 1981 se adaptó al cine, el papel del arquitecto Stanford White fue interpretado por Norman Mailer. Con su gran bigote gris, Mailer añadía el componente literario a un reparto formado por James Cagney, Samuel L. Jackson y Fran Drescher. En la fotografía se encuentra frente a Elizabeth McGovern, que obtuvo una nominación al Oscar por su interpretación de Evelyn Nesbit.
Maya Angelou como Miss Calypso
Gracias a la música de Harry Belafonte, Calypso causó furor a finales de los años 50, y una joven llamada Maya Angelou se subió al carro. Estas fotos provienen de su álbum de 1957, Miss Calypso, más de una década antes de la publicación de su famosa autobiografía, I Know Why the Caged Bird Sings. Más tarde Angelou descartaría su carrera como cantante frente a la escritura. La crítica está de acuerdo con que el álbum se subió al carro de una de las modas del momento como consecuencia de la búsqueda de la fama a cualquier precio. Incluso Billie Holiday le llegó a decir a Angelou: «Vas a ser famosa, pero no será por cantar».
Yukio Mishima como San Sebastián
En sus Confesiones de una máscara, Yukio Mishima crea una memorable escena sobre el descubrimiento de la imagen de San Sebastián en las páginas de un libro. Mishima, brillante escritor y fanático del fitness, volvería a visitar el afamado icono gay en una sesión de fotos años más tarde, revelando no solo sus obsesiones sensuales, sino creando el preludio de una vida cuyas últimas fijaciones resultaron ser sangre, sacrificio y martirio.
No hay comentarios