El escritor Lawrence George Durrell nació en 1912, en Jalandhar, ciudad de la India, en el estado de Punyab, en ese entonces bajo dominio del gobierno británico; hijo de un ingeniero inglés que trabajaba en el ferrocarril y de madre irlandesa, fue considerado siempre como un escritor británico. Sin embargo, su actitud contestaria lo indujo a odiar a Inglaterra, sobre todo cuando sus padres lo enviaron de niño a estudiar en el colegio, con intención de entrar a la universidad, a la que nunca ingresó. Su vida siempre fue una huida constante de Inglaterra, con una marcada errancia por varias ciudades de África, Asia, América y Europa, hasta recalar en Francia donde murió en 1990. Su vida personal a nivel familiar, fue tormentosa, inestable y desorganizada (elmundo.es.com: 2017). Fue poeta, dramaturgo, ensayista y novelista. La obra que lo encumbró a la fama mundial fue El cuarteto de Alejandría, considerada su obra maestra, conocida como una tetralogía, formada por cuatro novelas: Justine (1957); Balthazar (1958); Mountolive (1958) y Clea (1960).
Justine, como las otras tres novelas, es una obra compleja, de un equilibrado desarrollo temático, en el marco de una técnica narrativa de gran valor estilístico, tendiente a la perfección literaria, en el manejo de los personajes y los ambientes externos, cuyo escenario central es la ciudad de Alejandría en los años de 1930. La trama se construye alrededor de cuatro personajes: Justine y su esposo Nessim; el narrador y Melissa, a partir de las infidelidades de ambas parejas. De aquí arranca la afirmación de Durrell, objeto de nuestro escrutinio. La misma está impresa en el epígrafe (p.7) de la novela, es atribuida a Sigmund Freud y dice : <<Empiezo a creer que todo acto sexual es un proceso en el que participan cuatro personas. Tenemos que discutir en detalle este problema. Sigmund Freud, Cartas>>. En efecto, esta cita fue extraída de una carta que Freud escribió a Wilhelm Fliess el 1° de agosto de 1899 (Wikipedia). Esta actitud de ambos autores puede ser un desacuerdo o una posición de invalidez de la pareja hombre-mujer o el matrimonio monogámico, el cual es considerado por algunos autores como:<<culturalmente universal, predomina en todas las sociedades del mundo […] la mayoría de las personas se desposan>> (Fisher.1992.Citado por Vega Mirian. 2016: 2). El matrimonio monogámico corresponde a la civilización. <<Es es la forma celular de la sociedad civilizada>> (Engels.2017: 27). Al respecto, otras corrientes de pensamiento sostienen que: <<el matrimonio monogámico, tal como lo conocemos en la cultura occidental, no ha nacido como consecuencia del amor, sino por intereses económicos y sociales y sus pautas no han sido equitativas para ambos integrantes de la pareja>> (Vega Mirian. 2016: 1).
En este sentido, el caso de Durrell es consistente con su desajustada vida personal y sentimental: <<fue un pésimo marido y un peor padre. Tuvo infinidad de amantes, cuatro esposas>> (elmundo.es.com: 2017). A esto se agrega su entusiasta amistad con Henry Miller y su gran admiración por el Marqués de Sade; al punto que la novela Justine es homónima de la del Marqués de Sade. La fuerza argumentativa de Durrell en Justine está basada en explicar el equilibrio emocional que logran quienes integran una relación íntima entre cuatro personas. Ese logro se puede apreciar en la página 152 de la novela, cuando el narrador dice: <<Así como mi propia experiencia con Justine había iluminado y revalorado a Melissa, de la misma manera a Nessim le bastaba mirar los ojos grises de Melissa para ver nacer una Justine nueva e insospechada>>.
En cuanto a Freud su posición es congruente con las investigaciones que adelantaba desde el comienzo de su carrera científica, centradas en la teoría de la seducción y la teoría de la sublimación. La etapa epistolar de Freud con su más cercano amigo Wilhelm Fliess, reconocido como un brillante e inteligente médico y biólogo alemán, está considerada como uno de los periodos más importantes y auténticos de su vida científica; tuvo lugar entre 1887 y 1904, periodo en que el psicoanálisis fue creado y desarrollado y se conoce como el <<Periodo de Fliess>> (Maldonado Pedreros). Dichas cartas fueron publicadas en un volumen único por Jeffrey M. Masson, en 1986. Consta de 287 cartas numeradas cronológicamente y 17 manuscritos en 600 páginas. En este epistolario se detecta que algunas de las ideas en la carrera científica de Freud se mantuvieron constantes, pero otras cambiaron radicalmente (Castelar Caicedo). Tal es el caso de la teoría de la seducción, la cual, según el testimonio de Maldonado Pedreros, fue abandonada por Freud en la carta 139, enviada a Fliess en septiembre de 1897.
En relación a la teoría de la sublimación, la cual está más en sintonía con la afirmación de Freud en escrutinio, antes citada, y según lo que mencionamos sobre el <<Periodo de Fliess>>, Freud ya tenía un criterio en desarrollo sobre la misma en esta etapa epistolar. Fue en su obra Tres ensayos de teoría sexual (1905), donde realiza un primer avance conceptual de dicha teoría, expresado: <<como una desviación de las fuerzas pulsionales sexuales de sus metas y su orientación hacia metas nuevas>> (Freud. 1905: 161. Citado por Canosa y López. 2019). Esta teoría recorre toda la obra de Freud, hasta uno de sus últimos textos, El Malestar de la cultura (1929), donde la trata de manera extensa. Los postulados de esta teoría convergen con el enunciado expresado por Freud en la carta a Fliess de 1899, ya que como el mismo Freud reconoce en este último de sus textos, los principios fundamentales de dicha teoría no se cumplieron debido a la existencia de un malestar estructural en la cultura, el cual creó un ambiente propicio a la infelicidad del hombre que vive en sociedad, con una influencia decisiva en las relaciones interpersonales. En El Malestar de la cultura, Freud reconoce que <<no nos sentimos muy cómodos en nuestra actual cultura […] hemos subordinado a penosas condiciones nuestra vida sexual en el matrimonio, obrando probablemente en sentido opuesto a la benéfica selección natural>> (p.30). Más adelante afirma: <<la cultura actual nos da claramente a entender que sólo está dispuesta a tolerar las relaciones sexuales basadas en la unión única e indisoluble entre un hombre y una mujer, sin admitir la sexualidad como fuente de placer en sí, aceptándola tan sólo como instrumento de reproducción humana que hasta ahora no ha podido ser sustituido>> (p. 46).
Tal como confirman dos reconocidos economistas estadounidenses, Paul Baran y Paul Sweezy, una de las percepciones principales que Freud tuvo de la civilización radica no sólo en la represión de las tendencias de la libido sino también y en no menor importancia, en ser canalizadas en gran medida hacia fines creativos, el proceso que llamó sublimación. A medida que la necesidad de represión disminuye y el mecanismo de represión se rompe parece claro que la civilización puede florecer sólo si los los canales de sublimación se ensanchan y profundizan continuamente, y solamente si la gente puede encontrar cada vez más salidas en sus energías latentes que también aportan verdadero recurso de satisfacción.Sin embargo en el capitalismo monopolista sucede exactamente lo contrario, todo el proceso de sublimación está en peligro de derrumbarse (1982: 280). En tal sentido, Baran y Sweezy concluyen que: <<hay muchas maneras en que el individuo busca escapar de este predicamento. La noción en la mayoría de los casos ilusoria de que un cambio de cónyuge proporciona el remedio eficaz llevan algunos estratos de la sociedad a la proliferación de relaciones extramaritales y a una frecuencia cada vez mayor de desmembramiento de las familias por el divorcio, la separación y el abandono […] El aspecto de la vida más inmediatamente afectado es el campo de las relaciones matrimoniales. Físicamente dañados por el mal funcionamiento de las relaciones sexuales, en ambos cónyuges tienden a caer en un estado de miseria emocional que al mismo tiempo impide darse uno al otro suficientemente para comprender la causa de sus problemas. Es lo que Freud llamó sobreestimación del objetivo sexual>> (Ibid: 281-282).
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