Lo nuevo de Firaxis Games, Marvel’s Midnight Suns, es uno de los mejores videojuegos de 2022 y uno de los más tapados.
Terminado 2022, se habla mucho de los videojuegos del año. Marvel’s Midnight Suns parece haber volado bajo muchos radares, no pudiendo colarse en muchos de esos recopilatorios, aquejado, quizás, de un lanzamiento tardío, cuando (como suele decirse) todo el pescado ya estaba vendido.
No ayuda que 2022 ha terminado por ser un año de grandes videojuegos.
Quiero hablar de Marvel’s Midnight Suns por dos razones, principalmente: la primera es que resulta la excusa perfecta para hablar de cómic y videojuegos, dos formatos cuya unión está resultando en algunas de las más interesantes obras de este medio digital interactivo. Por otra, que no me gusta nada de nada Marvel.
Y, bueno, debería concretar una tercera razón: Marvel’s Midnight Suns ha sido uno de los mejores años de 2022, aunque la crítica especializada y los premios de final de año no le hayan hecho justicia.
Pero, empecemos por el principio.
El cómic y el videojuego protagonizan una historia de amor desde hacen ya un tiempo. Podríamos citar algunas de las primeras adaptaciones, desde Spawn de Todd McFarland en tiempos de la SNES, las innumerables adaptaciones de Batman, pasando por los cómics de The Walking Dead y Fables adaptados en tiempos más recientes por la mítica TellTale Games. El cómic tiene una bondad al pasarse al videojuego que otros medios como la literatura o el cine no: el salto gráfico. Incluso en los tiempos de los 8 bits las adaptaciones de Spider-Man tenían un apartado visual cercano al cómic: el 2D hace sencilla la relación entre ambos medios, pasando por una adaptación que no resulta aberrante para el jugador. Los fans del cómic pueden ver, incluso, cómo el apartado artístico se transmuta sin demasiado cambios en una aventura interactiva (como son los casos de Ásterix y Obélix, Tintín o Scott Pilgrim VS The World, cuyos apartados gráficos y artísticos resultan tan cercanos al cómic que podríamos decir que las viñetas han cobrado movimiento). No solo como adaptaciones directas, pero también como medio influyente en el videojuego, el cómic presenta peculiares propuestas interactivas, como es el caso de uno de mis fetiches particulares: el videojuego Comix Zone, desarrollado por Sega en la década de los 90. Sin adaptar ninguna obra en particular, tomaba todos los elementos del cómic y nos lanzaba a una aventura en viñetas, jugando a convertir las páginas estáticas en escenarios interactivos. Una unión entre videojuego y cómic que, en mi humilde opinión, no ha sido superada.
Al margen dejaré, en esta ocasión, a las novelas interactivas, género aparte que aúna también cómic y videojuego y que se han visto encumbradas desde Japón en los últimos tiempos.
Si vamos a Marvel, su incursión en los videojuegos viene de lejos. Las aventuras de Spider-Man o los X-Men vieron una época dorada en el 2D casi desde el principio de la historia de los videojuegos. Nadie puede negar que la visión que tiene Marvel para los negocios es prácticamente incomparable, sin embargo, los videojuegos basados en cómics se vieron reconocidos a nivel internacional gracias al desembarco de una obra que, sin adaptar directamente ninguna novela gráfica, utilizaba la mitología de toda una serie de personajes para configurar un guion único: Arkham Asylum de RockSteady Studios.
Decía antes que me considero anti-fan de Marvel, y ya me han caído tantos chaparrones por expresarme en estos términos que me he vuelto algo impermeable a ello. No me gusta Marvel. He leído muchos de sus clásicos, pero me parecen obras cuya narrativa es insulsa, no me gustan demasiado sus personajes y pronto me perdieron como lector. No, no me he leído todo lo que se ha publicado, y no pienso hacerlo. Seguro que me estoy perdiendo obras geniales, pero me temo que debo priorizar. En sus películas tampoco han conseguido encandilarme (aunque algunas de sus series sí que me han gustado). Las únicas cintas que me han gustado (un placer culpable) son las de los X-Men (y ni siquiera eran de Marvel). Por tanto, no es de extrañar que los videojuegos de Marvel me interesen poco. Recuerdo con cariño las adaptaciones de Spider-Man (tal vez más por las cintas de Sam Raimi), pero eso es todo.
El caso de Marvel’s Midnight Suns es especial. Desde el minuto uno, este videojuego de 2K me ha atrapado y ha hecho conmigo lo que ha querido.
Desarrollado por Firaxis Games, famosos por sus juegos de estrategia RPG, Marvel’s Midnight Suns compone una aventura en dos partes bien diferenciadas: por un lado, tenemos un alto componente social. Los héroes de Marvel (un asombroso plantel donde encontraremos caras conocidas como Spider-Man, los X-Men, los Vengadores, los Nuevos Mutantes, etc…) conforman un grupo que se reúne en la Abadía, una suerte de cuartel general apartado del espacio y el tiempo donde sus relaciones crecerán y evolucionarán, afectando con ello a las capacidades de combate. Esto casi evoca a The Sims, mítica saga sobre simulación social, pero sería más correcto decir que el modelo se acerca a la saga Persona (Atlus). Las tramas individuales nos llevan a conocer a los personajes, pero también a desbloquear zonas desconocidas de la Abadía, cambiar nuestros atuendos de héroes, desarrollar habilidades, establecer lazos afectivos con los demás héroes, conocer su pasado e influir en la trama del propio juego. Una suerte de componente social que nos permite, más allá de la pura acción propia de las historias de superhéroes, crear nuestra propia narrativa con respecto a los personajes que más nos gusten. Y esto tiene un peso especial en la historia, ya que, como comandante de este grupo, crearemos a nuestro propio héroe: Hunter, que podrá ser masculino o femenino, y cuyos poderes desarrollaremos en la luz o en la oscuridad a nuestra voluntad.
Entiendo que el fan de Marvel quizás pase por la Abadía sin pena ni gloria, como una pausa entre combates. Pero el grueso del juego se desarrolla ahí, y creo que esa es una de las grandes virtudes de Marvel’s Midnight Suns (a la par que uno de sus grandes riesgos): el juego hace un esfuerzo genuino por desarrollar a los personajes y por invitarnos a desarrollar a Hunter. Crear nuestra propia historia con los compañeros, decidir qué equipo nos hace sentir más cómodos en combate. Esta sección del videojuego me ha encandilado, lo reconozco. He disfrutado sobremanera de establecer relaciones con mis héroes favoritos, desarrollar sus capacidades al máximo, y poder avanzar en la trama principal (que no deja de ser la lucha contra un gran mal) con mi equipo favorito.
La otra gran pata de este título es el combate, como no podía ser menos. La mecánica de combate resulta especial, ya que se nos presenta un juego estratégico con cartas. Las habilidades y los poderes de nuestro equipo dependen de las cartas que vayamos robando, aunque no se trate realmente de un juego de cartas. Las habilidades son cartas, pero podrían ser fichas o cualquier otro apelativo: sencillamente, la mecánica de robar y tener puntos de acción, un rango de ataque y una alta interacción con el escenario, nos obliga a que pongamos el alma del combate en la estrategia. Marvel’s Midnight Suns puede ser realmente exigente en ocasiones: los conbates son duros y variados, presentando dinámicas en que vencer a los enemigos no es lo único (ni siquiera lo más importante) que debemos lograr.
Está claro que, aunque el foco de la trama se centra en la Abadía, los mayores esfuerzos del desarrollo se han puesto en el combate, dando como resultado unas mecánicas incontestables. El combate no solo es satisfactorio, sino sofisticado y casi perfecto. Las habilidades de héroes y enemigos, así como las dinámicas de equipo que se pueden desarrollar, realmente influyen en el desarrollo, de manera que dejar de lado a un héroe con habilidades específicas puede resultar en una curva de dificultad muy elevada. Las interacciones con el escenario (pudiendo tender trampas, usar objetos e incluso que unos enemigos choquen con otros) aplica un plus que hace que el jugador tenga que estar atento o atenta a muchas variables. El resultado es un combate increíble, adictivo.
En el apartado gráfico, en mi opinión, todo son virtudes. He leído algunos críticos quejándose de unos gráficos simples e incluso feos, pero no los veo por ninguna parte. El diseño de los personajes me resulta encantador, el juego fluye con soltura, las animaciones y efectos de los poderes son espectaculares, y el apartado sonoro (con el juego totalmente doblado al castellano) no me genera más que alabanzas (quizás alguna voz desentona, como la de Blade, que recordamos de otro personaje mítico de Marvel y descoloca escucharla en boca del cazavampiros).
Una vez más, como los grandes, Marvel’s Midnight Suns no adapta exactamente un único arco narrativo de los cómics, sino muchos al mismo tiempo, e incluso se atreve a inventar. Y lo hace con clase. No me gustan ni los cómics ni las películas de Marvel, pero cada vez me están gustando más sus videojuegos (y no quiero pasar la oportunidad de recomendar ese genial Marvel Ultimate Alliance 3). Marvel’s Midnight Suns me ha dado ganas de volver a la mega franquicia y revisionar sus cintas, sacar de la biblioteca algunos de sus cómics y ver qué me he perdido en estos años de centrarme en otras lecturas. Y eso creo que solo lo logra una adaptación sobresaliente.
2022 ha resultado siendo un año de videojuegos genuinamente espectacular. Prueba de ello es que hace poco unos cuantos amigos nos juntamos en El País para configurar una lista de los diez títulos más destacados, pero Marvel’s Midnight Suns no llegó a obtener el puesto que, según mi criterio parcial y subjetivo, merecía. Estamos ante uno de los mejores videojuegos de 2022 y, quizás, ante uno de los mejores videojuegos de Marvel. Sin medias tintas, mi videojuego favorito de Marvel, por delante de interesantes propuestas que en los últimos años han destacado en el mundo del entretenimiento digital interactivo.
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