En 1483 Antonio Pucci, rico mercader florentino, encargó al célebre Sandro Boticcelli cuatro tablas que contenían la historia de Nastasgio degli Onesti, el encargo se había hecho con motivo de las nupcias entre el hijo de Antonio Pucci, Giannozzo Pucci y la joven Lucrezia di Piero, la pintura poseía un contenido moralizante y didáctico dirigido a la novia.
La historia de Nastagio está recogida en “El Decamerón” de Giovanni Boccaccio, quinta jornada, novela octava. Nastagio paseaba cierto día pesaroso por un pinar de Rávena, ha sido rechazado por su amada que se niega a casarse con él, entonces ve a una joven que desnuda es perseguida por un caballero y unos perros, el caballero mata a la joven dando su corazón y sus entrañas a los perros , acto seguido la joven se levanta y se repite de nuevo la escena, es el castigo que debe sufrir eternamente ña muchacha por haber rechazado a su futuro esposo, Nastagio no perderá el tiempo en llevar a su amada al pinar para que presencie la escena con semejantes imágenes ante sus ojos no es de extrañar que cambiara de opinión y consintiera en contraer matrimonio por miedo a correr la misma suerte que la joven protagonista de la truculenta historia.
El mensaje para Lucrezia di Piero era bastante evidente, mas le valía deberle obediencia a su futuro esposo y para que no se le olvidará las cuatro tablas decoraron el salón de banquetes el día de su boda.
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