Leonardo da Vinci se presentó ante Ludovico Sforza , llamado El Moro, duque de Milán, como constructor e inventor mas que como pintor al ofrecer sus servicios, lo que se le olvidó decir fue que pocas cosas de las que comenzaba terminaba y que aquello que terminaba lo hacia no sin tomarse su tiempo…llegando a exasperar a sus clientes. Corría el año 1482.

En 1495 Ludovico lo envió a trabajar al monasterio milanes de Santa Maria delle Grazie para pintar un muro desnudo del refectorio del convento con el tema de la Santa Cena.

Hemos dicho que era el año 1495, tres años necesito el pintor para acabar su obra, tres años que se le hicieron interminables al prior del convento.

El primer año lo dedicó Leonardo a pasearse desde el castillo de Ludovico al monasterio para observar el muro y poco más.

El segundo año montó una mesa sobre un estrado bajo el muro a pintar, colocando sobre ella alimentos y bebidas, sentando a su alrededor a sus discípulos y sirvientes que le sirvieron de modelo sin decidirse como colocarlos.

El tercer año el prior envió una misiva a Ludovico quejándose de que Leonardo nada hacia excepto el dejar las bodegas vacías probando los vinos para encontrar el más idóneo para su cena y elaborar comidas que daba a probar a los suyos para al final decidirse por unos panecillos, un puré y unos vasos prácticamente vacíos, a este respecto hay que decir que da Vinci recibía los pagos de su salario con atraso y comer hay que hacerlo todos los días…

Por fin el año 1497 comenzó y terminó Leonardo su famosa pintura que a punto estuvo de ser efímera pues sus discípulos habían preparado mal la pared y para colmo da Vinci había usado una nueva técnica a la hora de pintar de tal manera que antes de terminar la obra la pintura se iba desprendiendo.

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