David Hammons, Bliz-aard Ball Sale , 1983. Foto: Dawoud Bey.

En una fría mañana de invierno de 1983, el artista David Hammons vendía bolas de nieve de diferentes tamaños, junto a otros vendedores ambulantes del East Village de Nueva York. Las bolas estaban cuidadosamente colocadas en fila sobre una alfombra y Hammons actuaba como si las estuviera vendiendo. En realidad se trataba de una obra de arte, de corta duración, llamada Bliz-aard Ball Sale. Desde finales de la década de los sesenta Hammons venía desarrollando acciones efímeras que daban pie a la reflexión sobre el arte y sobre la cultura negra en Estados Unidos. A pesar de ser una obra importante, Bliz-aard Ball Sale solo era conocida a partir de una mezcla de rumores de testigos presenciales y de un puñado de fotografías. Es más, las fotos que su amigo Dawoud Bey tomó del artista vendiendo bolas de nieve permanecieron inéditas durante mucho tiempo.

David Hammons, Bliz-aard Ball Sale , 1983. Foto: Dawoud Bey.

Nacido en 1943 en Springfield, Illinois, Hammons se mudó a Los Angeles en 1963 para estudiar arte con el activista y artista Charles White, por el que mantuvo siempre un profundo respeto. Después de graduarse en el Instituto de Arte Chouinard en 1968, Hammons se alejó del estilo realista tradicional. A finales de la década comenzó a usar su propio cuerpo en sus obras, llenándolo de pigmentos e impregnándolos en papel en su obra Body Prints.

Tras mudarse a Nueva York en 1974, Hammons comenzó a crear esculturas a partir de desechos, como símbolo de la vida afroamericana urbana. Trabajaba con todo, desde pelo recogido de barberías hasta huesos de pollo o botellas de alcohol vacías. En su obra In the Hood, de 1993, por ejemplo, construye una escultura con la capucha de una sudadera usada sobre una pared, dispuesta como si fuera una máscara africana, como crítica a los clichés que hay entorno a la cultura afroamericana en Estados Unidos.

David Hammons, Bliz-aard Ball Sale , 1983. Foto: Dawoud Bey.

Los detalles de Bliz-aard Ball Sale son tan poco conocidos como el propio artista. Se desconoce su fecha exacta. Como gran parte de su trabajo, fue concebida para existir al margen no solo del mercado sino incluso de la historia. El crítico de arte Steven Stern escribió sobre la obra: «Las fotografías que muestran a Hammons con sus hileras de bolas de nieve cuidadosamente dispuestas para la venta son probablemente las imágenes reproducidas con mayor frecuencia en la obra del artista. La pieza se ha vuelto icónica, una obra única y efímera, que trata esencialmente de lo efímero y que ha llegado a representar toda su obra. Tal como nos llega en la documentación, se trata de un retrato del artista como buhonero anónimo y de mala reputación, un estafador callejero absurdo. La noción de Hammons del artista incluye un coqueteo constante con las nociones de lo ilícito y lo fraudulento: la sugerencia siempre presente de que todo podría ser una estafa. Después de todo, ¿qué podría ser más una estafa que vender bolas de nieve en invierno?»

David Hammons, Bliz-aard Ball Sale , 1983. Foto: Dawoud Bey.

La experta Juana Berrío observa que en este trabajo las bolas sirven de vehículo para que cualquier extraño mantenga una conversación o incluso una negociación en un contexto en el que todos los participantes son anónimos. Además, con Bliz-aard Ball Sale Hammons y Bey dan pie a la especulación y la convierten en algo fundamental para concebir la obra, con toda clase de teorías e historias posibles sobre lo que sucedió ese día. Reacio a participar en exposiciones sobre su propio trabajo, Hammons siempre ha estado envuelto en un halo de misterio, mientras continúa trabajando en una obra que ha logrado consolidarlo como uno de los artistas vivos más relevantes e influyentes de la actualidad.

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