Una pareja demostrando el uso de un refugio Morrison (Fuente).

Debido a la falta de sótanos en las casas, en el Reino Unido, durante la Segunda Guerra Mundial, fue necesario desarrollar un tipo eficaz de refugio. Una de esas soluciones fue el refugio Morrison, una construcción similar a una jaula diseñado para resistir la caída de la planta superior en una casa de dos plantas en caso de que cayera una bomba.

El refugio de Morrison fue diseñado por John Baker, que le bautizó con el nombre de Herbert Morrison, el Ministro de Seguridad Nacional en ese momento. Este tipo de refugio venía desmontado, en un paquete que incluía un tablero de acero sólido, costados de malla de alambre soldado, una superficie con listones metálicos, un total de 359 piezas y 3 herramientas. El refugio se proporcionó de forma gratuita a los hogares cuyos ingresos combinados eran inferiores a 400 libras esterlinas al año (equivalente a unos 30.000 euros actuales).

Refugio de Morrison que contiene un muñeco, después de que la casa en la que se encontraba fuera destruida como prueba (Fuente).

No era práctico producir en masa un refugio que pudiera soportar un impacto directo, por lo que se eligió un diseño que pudiera salvar vidas en el caso las casas fueran bombardeadas y se produjera una explosión. Se había comprobado en muchos de los edificios bombardeados que una de las paredes del extremo de la casa era destruida a causa de la explosión y el suelo de la primera planta caía por uno de los extremos, soportado por una pared en gran parte intacta, y eso mataba a sus habitantes. El refugio Morrison fue diseñado para absorber esta impacto por deformación plástica. Su diseño permitía a la familia dormir bajo cobijo por la noche y usarlo como mesa de comedor durante el día, convirtiéndolo en un elemento práctico en la casa.

Se habían distribuido medio millón de refugios Morrison a finales de 1941, y se añadieron otros 100.000 en 1943 para preparar a la población ante los posibles ataques aéreos alemanes. En un análisis de 44 casas gravemente dañadas, se comprobó que tres personas habían muerto, 13 resultaron gravemente heridas y 16 resultaron levemente heridas de un total de 136 personas que habían utilizado los refugios de Morrison. Por lo tanto, 120 de 136 personas lograron escapar de casas gravemente dañadas por bombas sin sufrir lesiones graves. Además, se descubrió que las víctimas mortales se habían producido en una casa que había sufrido un impacto directo, y algunos de los heridos graves se encontraban en refugios mal ubicados dentro de las casas.

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