
Maurice Dekobra (Fuente).
Maurice Dekobra inició su carrera literaria a la edad de 19 años, inicialmente como periodista corresponsal asignado primero al ejército indio y después al de Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial. Fue en ese momento en el que asumió su pseudónimo, Dekobra, ya que su verdadero nombre era Ernest Maurice Tessier. Durante las décadas de 1920 y 1930 Dekobra se convirtió en uno de los escritores franceses más conocidos de su tiempo, con libros que fueron traducidos a 77 idiomas (de hecho, se suele mencionar como uno de los primeros ejemplos de escritores con bestsellers internacionales). También dio lugar a un término, «dekobrismo», que hace referencia a las características de su ficción.
Pese a la enorme fama que alcanzó, acabó cayendo en el olvido. A pesar de que en 2001 Phillippe Collas publicó una biografía sobre él, en 2005 se le calificó de desconocido total. Una reedición en 2006 de una de sus obras más famosas, La madona de los coches cama, ha recuperado en parte su figura, al menos en Francia.
En 1945, cuando Dekobra estaba todavía en el apogeo de su fama, redactó un testamento un tanto inusual. Dejó toda su biblioteca, de unos 17.000 libros, así como su colección de arte, a la ciudad de Papeete en Tahití. Hizo esto porque, debido a la Segunda Guerra Mundial, creía que las grandes ciudades como París o Londres probablemente serían destruidas por bombas nucleares. Él pensaba que Papeete, alejada en la Polinesia Francesa, tendría posibilidades de sobrevivir a esa debacle y, por tanto, también podrían hacerlo sus libros.
Dekobra vivió hasta 1973 y (por suerte) no pudo ser testigo de la hecatombe que había imaginado.
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