
El paisaje marciano, descrito por Hélène Smith (Fuente).
En la década de 1890 una mujer en Ginegra se hizo conocida por afirmar ser la reencarnación de tres vidas anteriores: una princesa hindú, una reina francesa y nada más y nada menos que una marciana. Su historia fue narrada en un libro titulado De la India a Marte: estudio de un caso de sonambulismo con glosolalia, un libro publicado en francés por el psicólogo suizo y profesor de la Universidad de Ginebra Theodore Flournoy.
La mujer en cuestión era una dependienta que se llamaba Catherine-Elise Muller, pero que cuando comenzó a experimentar la reencarnación adoptó el nombre de Hélène Smith. Flournoy la conoció en 1893 y se dedicó a observarla durante más de cinco años. El psicólogo no creía en la reencarnación pero en lugar de desacreditarla decidió utilizar un método de observación objetiva, registrando todos los datos meticulosamente, sin juzgarlos, con el objetivo de buscar posibles explicaciones racionales para todo aquello aparentemente inexplicable que rodeaba a Hélène Smith. Las tres vidas que Smith decía haber vivido fueron descritas como capítulos independientes dentro del libro.
En la primera de las vidas que narraba, Smith dijo haber sido la princesa Simandini, que fue sometida al ritual satí en 1402, tras la muerte de su marido, el príncipe Sivrouka Nayaka de Changgragiri en Kanara, en la costa occidental de la India, es decir, fue inmolada en la misma pira funeraria de su recién fallecido marido. Smith explicó que originariamente había sido una doncella árabe que se había enamorado del príncipe y a lo largo de su relato incidió en destalles, costumbres, descripciones de trajes o de arquitectura propia de la época. Durante el trance, Smith se expresaba como si verdaderamente fuera una princesa oriental, en sus poses o cantando melodías exóticas. Sin embargo, lo más sorprendente fue que pudiera hablar y escribir en sánscrito, idioma del que naturalmente no tenía ni idea. Su escritura también mostraba frases en árabe.

Théodore Flournoy (Fuente).
En su búsqueda de una explicación racional por en las bibliotecas de Ginebra, Flournoy descubrió un volumen sobre historia de la India escrito en francés por un historiador llamado De Marles, un libro que narraba la historia completa de Sivorka Nayaka y de su esposa. También encontró un libro de gramática sánscrita elemental en la misma sala en la que Smith realizaba sus sesiones. Flournoy pensó que Smith podría haber leído la historia de Simandini y podría haber aprendido algo de gramática sánscrita, lo que no quita que la mujer tuviera una memoria portentosa.
En su segunda vida Smith se comportaba como una dama aristocrática francesa que había vivido un siglo antes y que Flournoy dedujo que era María Antonieta. La dama se dirigía a alguien llamado Giuseppe Balsamo, más conocido como Cagliostro, un ocultista del estilo de Rasputín que sentía verdadera devoción por María Antonieta. En este caso el razonamiento de Flournoy fue que Smith podría haber leído Memorias de un médico de Alexandre Dumas, una obra que detalla experiencias que encajaban con las descripciones que Smith hacía del París de finales del siglo XVIII.
La tercera vida de Smith era la más insólita, ya que describió su experiencias en el planeta Marte. Hablando en marciano, Smith habló de colores brillantes y describió un mundo muy parecido a la Tierra, pero poblado de espíritus incorpóreos, muchos de ellos muertos hacía tiempo. Hablaba de carruajes que pasaban deslizándose, sin caballos ni ruedas, pero que emitían chispas; de casas con fuentes en el tejado; y de hombres y mujeres que vestían de manera casi similar. El análisis minucioso de Flournoy sobre el idioma marciano reveló que se trataba de una especie de francés solo con algunas letras y palabras intercambiadas.
El libro de Flournoy, titulado De la India a Marte, fue elogiado por especialistas y críticos. En 1921, en The Delineator , una revista publicada por la Sociedad Psíquica de Nueva York, el psicólogo Charles Richet escribió que el libro de Flournoy revelaba las asombrosas posibilidades del cerebro y el poder que podían ejercer los recuerdos olvidados. Tras la publicación del libro, Flournoy dejó de ser bienvenido a las sesiones de Smith y esta, al final, llamó la atención de una rica dama estadounidense, que se ofreció a patrocinarla. Desde entonces, muchos han sido los psicólogos que han estudiado el caso de Smith.
De hecho, De la India a Marte supuso un hito significativo en la trayectoria que tomaron la psicología y la psicoterapia a principios del siglo XX. En parte, esto se debió a que un protegido posterior de Flournoy, Carl Gustav Jung, ensalzó los métodos del primero de evaluación detallada, objetiva y desapegada y su caracterización de la vida interior y la conciencia de las personas, algo que influirían en el propio trabajo de Jung sobre el inconsciente colectivo.
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