Para hablar de La verdad sin fin, de Sara Martín Alegre, editado por Dilatando Mentes Editorial, primero tenemos que hablar de Expediente X, la mítica serie de Chris Carter que en los noventas se convirtió en mito televisivo y que ahora, treinta años después, sigue tan inmersa en la cultura popular que incluso los que éramos muy niños en la época como para ser fans conscientes, nos hemos criado con coletillas y referencias a una serie que muchos nunca vieron. Pero antes, veamos qué es La verdad sin fin:

Aunque siempre se suele decir que Los Soprano (1999-2007) fue la serie que revolucionó la televisión, fue, de hecho, la serie de Chris Carter, Expediente X (1993-2002), la que, anticipándose unos años, popularizó el modelo actualizado de ficción televisiva en el que más tarde se apoyaron las nuevas series de culto y el crecimiento de las plataformas hasta llegar a nuestros días. Las andanzas de los agentes del FBI Fox Mulder y Dana Scully en busca de la verdad, investigando conspiraciones y persiguiendo a los «monstruos de la semana», fascinaron al mundo entero. En este libro singular Sara Martín explora las claves del éxito de Expediente X, desde sus orígenes hace ya tres décadas hasta las temporadas estrenadas en 2016 y 2018, ofreciendo un análisis completo de su contenido hasta la fecha, incluyendo sus once temporadas y las dos películas. El volumen ofrece cinco extensos capítulos sobre el éxito de Expediente X como televisión neo-gótica, Mulder y Scully como nuevos héroes atrapados entre su misión profesional y su relación romántica, la compleja mitología apocalíptica de la serie, los grandes personajes secundarios amigos y enemigos, y los casos centrados en el encuentro con los Otros monstruosos, además de una amplia sección con resúmenes de todos los episodios. Concebida como mezcla de ensayo y guía, La verdad sin fin: Expediente X se dirige sobre todo a los amantes de la serie de Carter que busquen ir más a fondo en su disfrute, pero invita a quienes no la conozcan a descubrirla y a gozar de una de las grandes joyas de la televisión en su paso del s. XX al XXI.

Yo he visto Expediente X completa a raíz de su paso por Disney +. Como muchos. O como la mayoría, parece ser, pues una de las interesantes cosas que he aprendido en la lectura de este libro es que las dos últimas temporadas no llegaron a emitirse en España. Los que le perdieran la pista en su momento y no compraran los DVDs, quizás la estén terminando ahora. Pero, aunque es ahora cuando la he disfrutado (y mucho, ¡qué bien ha envejecido en términos generales!), tengo un recuerdo maravilloso sobre la misma que voy a compartir aquí. Mi madre sí que era muy fan de Expediente X. Lo sigue siendo, se la ha vuelto a ver entera en la plataforma del ratón. Pero ella, como buena lectora de Stephen King (vicio que también me transmitió), veía religiosamente a Mulder y Scully en Telecinco. Yo era pequeño, pero quería compartir ese momento con ella. Y aunque no era apropiada para un niño, como yo me pasaba la mitad del capítulo con los ojos cerrados por el miedo, y la otra mitad, supongo, sin entender realmente lo que estaba ocurriendo, mi madre me dejaba quedarme hasta tarde con ella para ver el capítulo de la semana. Qué quieren que les diga, eran otros tiempos. El caso es que, aunque no recordaba apenas ningún capítulo, sí que se había quedado en mi cabeza la experiencia de ver Expediente X de pequeño con mi madre. Al volver sobre la serie, incluso he reconocido algunos momentos. Durante años he relacionado la serie con un momento precioso de mi infancia. Pasar tiempo con mi madre, compartir una afición. Supongo que las buenas series consiguen eso.

Expediente X fue un fenómeno. Aquí en España (he aprendido gracias al libro) también tuvo sus fieles seguidores, que recogieron un poco el testigo que soltó Twin Peaks. Qué curioso que ahora en nuestras fronteras el género de terror esté condenado al ostracismo y la marginalidad y las obras que destacan sean, precisamente, las menos arriesgadas y estimulantes. Pero esto es tema para otro momento. La verdad sin fin es un trabajo excelente de análisis, pero también de crítica, ensayo y divulgación. El recorrido da sobre la serie, sus orígenes, sus altos y bajos y su repercusión es asombroso. Lo hace desde la perspectiva un tanto académica de su autora, pero con un lenguaje y un ritmo dignos de los buenos libros de divulgación para el público generalista. En la misma línea que Universo Twin Peaks, de Javier J. Valencia, aparecido en la misma editorial y que pude leer hace cosa de un año, devorando sus setecientas páginas en unos pocos días. Y es que en mi caso Twin Peaks es más adicción que otra cosa. Del mismo modo que este, La verdad sin fin también presenta unas buenas seiscientas y poco páginas que se vuelven poco menos que un vicio imposible de detener. El libro ha circulado conmigo allá donde he ido. El análisis de la serie y de sus personajes es formidable, pero es que el repaso que hace por la mitología y todos los temas de la serie, atando cabos donde necesitaban atarse, especulando y deliberando sobre momentos destacados… Uno tiene la sensación de estar disfrutando de un hilo de esos viejos foros en que se comentaban cada detalle, abriendo apetito para la siguiente entrega; algo que no viví con esta serie, pero sí con otras. Y a esto se suma el repaso al fenómeno: qué significó la serie, tanto en su país de origen como en el nuestro; a nivel televisivo pero a muchos otros niveles. Una digresión tan amena como informativa. En su lectura uno acaba apasionado, queriendo volver a ver la serie de principio a fin.

En la edición de Dilatando Mentes faltan, por cuestión de derechos, imágenes. Pero esto se palia con dibujos obra de Aine que abren cada capítulo y que presentan fotogramas de la serie, en una elegante forma de solventar que algunos estudios sean tan cortos de miras como para no permitir la reproducción de imágenes en un libro que no hace más que promocionar y alabar su producto. Al margen de esto, la editorial consigue que el libro como artefacto sea delicioso. Un añadido a la estantería indispensable. La verdad sin fin es una lectura apasionante y apasionada, pues se destila amor (y conocimiento) por la serie. Ahora que se cumple el aniversario de su lanzamiento, no hay mejor manera que rendirle homenaje con esta publicación. Poco más voy a añadir, la verdad está ahí fuera.

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