El autor de terror Grady Hendrix, a su paso por Madrid, habló de fantasmas, el mercado inmoviliario y la ficción de terror actúal.
Cuando sale la conversación, siempre aprovecho para mentarlo. ¿Quién está revitalizando, hoy día, el género de terror en la literatura? Grady Hendrix. Ya estoy un poco cansado de que siempre que hablamos de literatura de terror, salgan los mismos nombres: claro que nos escanta Stephen King, Lovecraft, Shirley Jackson. Pero hay vida más allá. Grady Hendrix ha pasado por España recientemente para presentar su más reciente novela, Cómo vender una casa encantada, que ya he leído y de la que pronto vendré con reseña. Pero, aprovechando su paso por Madrid para presentar en la genial librería La Mistral, la editorial Minotauro organizó un encuentro con la prensa en la casa encantada más famosa de la ciudad: la Casa de América. También conocida como el Palacio de Linares.
La presentación de un libro de Grady Hendrix, nacido en Charleston, Estados Unidos, y cuyos éxitos literarios han llegado a la pantalla (El exorcismo de mi mejor amiga, Damon Tomas, 2022), ha ganado un premio Bram Stoker por el genial ensayo Papersback from Hell, es un poco como su lectura: un espectáculo del que no poder apartar la mirada. La mezcla de humor y terror que hacen de Hendrix un autor fresco, divertido pero terrorífico, nada frívolo, lleno de pasión, se transmite a su show. Y es que esto es lo que nos ofreció el autor: durante algo más de veinte minutos, una conferencia en castellano sobre cómo los fantasmas devalúan el mercado inmobiliario y bien podrían estar detrás de la burbuja inmoviliaria que provocó la crisis de 2008. Y otras muchas que, a lo largo de la historia, se han atribuido, quizás, a factores erróneos. Una delicia de la que no quiero contar nada, por si los lectores y lectoras tienen la oportunidad de acudir a alguna de estas curiosas puestas en escena. Crucemos los dedos para que el autor vuelva a nuestras tierras con ganas.
Pasadas las risas, Grady Hendrix habló sobre su obra más reciente. «Escribe sobre lo que conoces» parece ser una máxima en la literatura, y así el autor nos habló de su familia, de la muerte cercana de uno de sus amigos y de cómo esto y la relación con sus hermanos inspiró una obra donde una casa encantada es el telón de fondo, pero la familia es el tema central.
Entre las paredes de la casa encantada más famosa de Madrid (con perdón de las siete chimeneas), pudimos sentarnos a charlar un rato.
P: Solo unas pocas preguntas, para complementar la lectura del libro. Me encantó El exorcismo de mi mejor amiga, lo recomiendo siempre que puedo. Quisiera que me explicaras, ¿qué te lleva a traer de vuelta hoy día, en 2023, estos viejos temas del terror y devolverlos a la vida?
R: Porque ya estaban vivos de antemano. Eso es lo que me encanta hacer: fijarme en esos iconos, esos símbolos que han sobrevivido durante tantos años y entender porqué funciona, porqué volvemos una y otra vez a esto. Y creo que con las casas encantadas, por el hecho de que tratan de familias, van sobre las familias y esas relaciones y dónde vives. Es my personal. Además, creo que las marionetas siempre son repugnantes.
P: No presentas al villano hasta la mitad del libro. ¿Tenías la aspiración de crear un villano para el libro o estabas más interesado en otros aspectos?
R: Yo no le veo como un villano, a mí me da mucha pena. Él se queda atrás después de que se va su amiga, ¿qué puede hacer? Está solo y tiene una pataleta, como un niño pequeño. Me siento fatal por él. No le metí al principio porque quería establecer la relación entre Louis y Mark y su familia. Y hablar de eso antes de sumarle las marionetas asesinas. Quería dejar que el lector se asentase antes de ofrecerle algo tan peligroso como marionetas asesinas.
P: ¿Quién es el huérfano, no?
R: Exacto, todos han sido dejados atrás.
P: Pero hablas de ello de una manera que mezcla… no diré humor, porque no creo que sea humor, más bien sátira. Hace unos días asistí a un festival y solo se hablaba de Stephen King, y yo le dije a mis amigos “la prueba de que hay vida después de Stephen King es Grady Hendrix”. Sé que habrás respondido a esta pregunta muchas veces, pero ¿qué es para ti la literatura de terror hoy?
R: Una cosa que me encanta sobre la ficción de terror… bueno, tres cosas. Una es que exista. Recuerdo en el 2009 o 2010, todos los Barnles and Nobles de Estados Unidos se quitaron de encima los libros de terror. Simplemente, no había libros. Una nueva oleada de autores como Paul Tremblay, Chuck Wending, Stephen Graham Jones, yo mismo, empezamos a escribir sobre 2014, pero hubo un gran hueco en que era difícil encontrar un libro de terror. Los editores lo vendían como ficción literaria pero extraña. Así que me alegro de que exista y sea un género sano. Hace dos o tres años Barnles and Nobles recuperó su sección de terror.
P: Gracias a ti, en parte.
R: ¡Gracias! Pero también gracias a The Walking Dead. Pero otra cosa que me encanta sobre dónde está la ficción de terror ahora es que hay un gran empuje en la edición por la diversidad. Hay muchas voces diferentes. Puedo leer una novela trans de terror, las traducciones de Mariana por ejemplo, puedo leer historias asiático americanas. Yo ya sé cuál es la historia que va a contar un tipo blanco, la cuento yo. Quiero escuchar historias nuevas. La gente que no había tenido acceso a esta plataforma hasta ahora, de pronto la tiene. Eso me encanta. La tercera cosa que me encanta es que hay muchas pequeñas editoriales ahora. Los costes se han abaratado, puedes hacer indie, impresión bajo demanda… muchos de los libros están volviendo a ser editados. Por ejemplo, un tipo que conozco que viene a mis eventos y ha intentado enviar manuscritos y ser editado, acaba de conseguir que le publique una editorial pequeña. Esto es muy importante porque la única manera en que podemos aprender a escribir un libro es escribiendo un libro, y luego otro y otro, y esto les da la oportunidad.
P: Algo que me viene a la cabeza cuando pienso en la literatura de terror es que, hoy día tenemos muchos temas de peso en la literatura, la transexualidad, los problemas raciales, los derechos de las mujeres, y siento que el terror lleva hablando de todo esto desde hace treinta o cuarenta años. Por ejemplo, El silencio de los corderos presentaba a un villano transexual.
R: Michael Blumlein escribió un libro a principios de los noventa, él era un médico que también escribía novelas de terror, y escribió uno titulado XY sobre una mujer que de repente se da cuenta de que es un hombre. Entra en ese terror al pensar que algo que sientes que es tan esencial a tu identidad, tu género, qué pasa si es fluido. El miedo que debe dar. Es un libro fascinante y, como bien dices, es un libro de hace treinta años. Pero pienso que el terror es un género más inteligente que los demás. Siempre vamos por delante.
P: Demasiado inteligente, por eso la gente no quería leerlo. [Risas]
R: Sí, sí [risas], exacto. Un motivo por el que nadie leía terror es porque este género se pegó un tiro en el pie. A finales de los ochenta, o principios de los noventa, después de El silencio de los corderos, la ficción de asesinos en serie se hizo gigante. Salían muchos libros muy gores, con un montón de violencia sexual; salían demasiados y no estaban muy bien editados, el control de la calidad no era buena, y ahí el terror se ganó la reputación de ser barato, asqueroso, gore y pornográfrico. Y esa es una reputación que se ha quedado con el terror durante muchísimo tiempo. Es por esto que el terror murió, muchos editores cerraron, en el cine también disminuyó pero prosperó en la televisión, teníamos a Buffy, Expediente X, Embrujadas, Sobrenatural y creo que la gente que creció viendo esa televisión aprendió a pedirle más al terror. Puede ser gracioso, puede ser emocional, puede hablar de la amistad en el instituto, tener a mujeres protagonistas, homosexuales protagonistas, y esa generación son adultos ahora que exigen que el terror haga más, porque crecieron con la expectativa de que podía hacer más.
P: Es curioso que digas esto. Yo crecí en los noventas y pienso, leyendo tus libros, que tus libros son como Pesadillas de R.L. Stine. Tuve esa sensación la primera vez que leí uno de tus libros. Es como Pesadillas, pero siendo adulto.
R: [Risas] Los únicos libros de terror que se publicaban en los noventas eran para jóvenes. Pesadillas, Christopher Pyke, pero algunos de esos libros son una locura. Christopher Pyke es una locura. Un par de autores escribían algunos libros muy extraños, Caroline Cooney, algunos otros. Es interesante cómo el terror fue desechado y se lo dieron a los niños.
P: ¿Sabías que nosotros tenemos nuestros propios “papersback from hell”? Los editaban editoriales pequeñas como Bruguera, eran autores españoles que publicaban con seudónimos angolosajones y tenían estas cubiertas tan locas. Para serte sincero, intenté comprarte uno antes de venir pero no pude encontrar ninguno. Yo tengo algunos, pero son míos [risas].
R: Lo entiendo [risas] yo soy igual con mis colecciones. Sé que algunos artistas de cubiertas en Estados Unidos e Inglaterra licenciaron son obras para venderse en España, Francia, Alemania, era dinero fácil para ellos. Me pregunton si alguno de estos libros tendrá arte de ellos.
P: Prueba Ralph Barby o Silver Kane.
R: Ralph Barby o Silver Kane. Aunque no conozco estos libros, me encantan las películas de terror españolas, Narciso Ibáñez Serrador…
P: ¿ Y qué te parece nuestra casa encantada?
R: ¡Muy bonita! ¿Quién vivía aquí? Se supone que está encantada…
P: Hay otra aquí al lado, la casa de las siete chimeneas, que es mi favorita. Pero esta es la más famosa. Al entrar, he pensado que cualquier cosa extraña que pasara con la pantalla sería un fantasma [risas]. Para terminar, ¿qué es lo siguiente?
R: Estoy en discusiones ahora con mi editor sobre mi siguiente libro. Debería publicarse el año que viene y está ambientado en una casa de madres solteras en los años setenta y trata sobre brujas.
Tras su paso por el festival Celsius, y ahora por Madrid y Barcelona, solo nos queda que Grady Hendrix se haya enamorado de nuestro territorio y siga queriendo visitarnos. Mientras tanto, su editorial en España, Minotauro, ya prepara la traducción de We sold our souls.
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