Retrato del 'Chevallier d'Eón' por Thomas Stewart

Retrato del ‘Chevallier d’Eón’ por Thomas Stewart

   Al hablar de Charles de Beaumont se suele decir de él que fue uno de los primeros travestis socialmente reconocidos de la historia. Su sexualidad, sin embargo, es un enigma algo más complejo. Todos los que lo conocían estaban convencidos de que era un hombre, aunque tenía rasgos femeninos y se vestía indistintamente con ropas de ambos sexos. Dependiendo de la ropa que llevara se hacía llamar Chevalier d’Éon o Mademoiselle Beaumont, por lo que durante mucho tiempo se llegó a especular con la posibilidad de que efectivamente fuera una mujer. O tal vez incluso un hermafrodita. La ambigüedad sexual está presente en este personaje desde su nacimiento, momento en que fue bautizado como «Carlos Genoveva Luis Augusta Andrés Timotea», es decir, con tres nombres masculinos y tres femeninos.

   Fue espía del rey Luis XV, para el que realizó misiones por toda Europa caracterizado tanto de hombre como de mujer. Tal era su fama y la de su ambigua sexualidad que en la época en que fue secretario de la embajada en Londres las apuestas sobre si era hombre o mujer llegaron a sumar varios cientos de miles de libras esterlinas. Según el famoso Giacomo Casanova, que fue a visitarla, era una mujer. El propio rey le mandó al dramaturgo Beaumarchais como emisario para que confesara su sexo. Como consecuencia, firma un documento donde declara ser mujer, algo que más tarde fue constatado por algunos médicos.

Chevalier d'Éon y Mademoiselle Beaumont

Chevalier d’Éon y Mademoiselle Beaumont

   Se retiró del servicio y durante los 33 años siguientes tuvo una tranquila vida aristócrata como mujer. Tras la muerte de Luis XV hizo una petición formal a su sucesor Luiz XVI para que fuera oficinalmente reconocida como mujer, a lo que el nuevo monarca accedió. Cuando murió a los 81 años parece que varios médicos examinaron el cuerpo y constataron que en realidad siempre había sido un hombre. Aunque, teniendo en cuenta la abundancia de testimonios contradictorios, el sexo de Charles de Beaumont nunca dejará de ser un estrafalario enigma histórico.

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