Hace poco hablaba sobre una infografía creada por la aerolínea Cheapflights a modo de guía de viajes inspirada en la literatura clásica. Recientemente la misma compañía ha elaborado una nueva serie de rutas literarias con distintos títulos ‒esta vez combinando algunos clásicos con otros no tan clásicos‒ pero con el mismo esquema, portada del libro, una fotografía del espacio geográfico donde se desarrolla la historia y una pequeña descripción del lugar.
Una vez más he cortado la infografía para que sea más cómoda de ver, pero recomiendo echarle un vistazo a su original. Así mismo he sustituido directamente los textos en inglés por su traducción al castellano.
Serie Harry Potter de J. K. Rowling (1997-2007)
El Castillo de Alnwick tiene más de mil años. Los visitantes pueden participar en los entrenamientos de escoba con los profesores magos que viven en el castillo. Escenas de la película fueron rodadas en el castillo, incluyendo la primera clase de Quidditch y el aterrizaje forzoso del Ford Anglia.
El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald (1925)
El Hotel Plaza aparece en la escena más importante, tanto de la novela como de su adaptación al cine del 2013. Fitzgerald y su esposa Zelda fueron fieles clientes del hotel. Fitzgerald era conocido por sus baños a medianoche en la Fuente Pulitzer justo enfrente.
Los hombres que no amaban a las mujeres de Stieg Larsson (2005)
Inspiró a la ficticia Hedestad en la novela negra sueca. Los turistas pueden recorrer el itinerario del personaje Mikael Blomkvist usando un mapa creado por el municipio. El Mellqvist Kaffebar era el café favorito de Blomkvist en Estocolmo; Larsson también solía pasar el rato allí.
Serie Crepúsculo de Stephanie Meyer (2005-2008)
«La capital maderera del mundo» es ahora mejor conocida por sus vampiros y hombres lobo. Un tour de Crepúsculo incluye una cena con raviolis con setas y Coca-Cola en el restaurante italiano donde Edward y Bella tuvieron su primera cita. El 13 de septiembre es «el día oficial de Stephanie Meyer» ‒y el cumpleaño de Bella Swan.
Relatos y novelas de Sherlock Holmes de Sir Arthur Conan Doyle (1887-1927)
La dirección de Holmes entre 1881 y 1904 fue el 221b de Baker St., según la historia. La casa actualmente se ha convertido en un museo. El estudio de la primera planta está meticulosamente mantenido en un estilo victoriano. El Pub Sherlock Holmes, situado en Westminster, está lleno de cosas memorables de Sherlock Holmes.
Los juegos del hambre de Suzanne Collins (2008)
El pueblo de Henry Mill River Village y el bosque de DuPont State son los escenarios del ficticio Panem. Las simulaciones de los simulados Juegos del hambre se llevan a cabo aquí. Se pueden tomar clases de supervivencia en la naturaleza en el campamento Nantahala Outdoor Center en el pueblo de Bryson City.
Big Sur de Jack Keoruac (1961)
Kerouac se retiró a una cabaña en esta zona después de que En el camino se convirtiera en un éxito. El cañón Bixby es el equivalente real cañón Raton donde se encontraba la cabaña de Kerouac en el libro. Salinas y Monterey son localidades cercanas que Kerouac también visitó.
La vida secreta de Walter Mitty de James Thurber (1939)
El pueblo de Seyðisfjörðurm, donde se rodó la escena del skate de Ben Stiller en la adaptación de 2013, tiene 668 habitantes. Hay un tour de seis noches donde los visitantes pueden ver los lugares de la película. El recorrido cuenta con géiseres, aguas termales, glaciares y cataratas. El vuelo fantástico de Mitty comienza en los alrededores de Waterbury, Conn.
El atlas de las nubes de David Mitchell (2004)
Chatman está compuesto por diez islas, aunque solo dos están habitadas. En menos de 950 kilómetros cuadrados el paisaje de las islas de Chatman cuenta con bosques, volcanes, playas, turberas y lagunas. Zedelgem, California, Londres, Corea o Hawai son otros lugares que aparecen en El atlas de las nubes.
El resplandor de Stephen King (1977)
Aquí está el hotel Stanley, que inspiró a King para inventar su famoso hotel Overlook. Un festival de terror tiene lugar en el supuestamente embrujado hotel Stanley cada año. El Parque Nacional de las Montañas Rocosas está cerca para escapar de esta atmósfera inquietante.
El Hobbit de J. R. R. Tolkien (1937)
En 1999 Peter Jackson comenzó a rediseñar sus tierras de cultivo en el estilo de Hobbiton. La posada del Dragón Verde es un punto de encuentro para los vecinos en el libro y en la película. Hay unas 13.000 ovejas en la granjas que todavía siguen activas.
Lo cierto es que todos los destinos son muy atrayentes. Pero me quedo con «La vida secreta de Walter Mitty» porque nunca he visto un géiser ni unas cataratas y debe ser un espectáculo fascinante que seguramente recuerdes durante el resto de tu vida. Unos rápidos precipitándose a gran altura, avalanzándose sobre las rocas para caer desde una distancia que la vista sólo puede perseguir con la mirada… Por otro lado, «El atlas de las nubes» también es realmente fabuloso: bosques, volcanes, playas… La verdad es que la guía en sí es espléndida, no es tarea fácil escoger un destino sin quedarte con la sensación de que te estás perdiendo algo… Es un artículo realmente interesante (y hay otro, voy a leerlo). Gracias. Un saludo
Considero que hay destinos y hay destinos. Muchos de ellos son lugares donde los escritores plasmaron parte de sus obras, las vivieron o las imaginaron, me viene a la memoria «La bodeguita del medio» donde Hemingway se tomaba sus copas en la Habana Vieja, o la «Pensión Orfila» en París, lugar que habitó Strindberg y su «Inferno». Igualmente existen todavía las habitaciones de hotel que alojaron los pensamientos de Roth y Wilde. Algunos aposentos contienen solo lo básico y otros rozan la opulencia. El renombre del hotel se incrementaba de acuerdo a la fama del huésped temporal. Si éste era conocido y se suicidaba en el mismo…mejor para el negocio. Una placa conmemorativa, un tour guiado…quizá una lágrima.
No sé porqué los hoteles siempre están asociados a los escritores. Imagino que parte de su verdad se encontraba en entre esas cuatro paredes donde nada era de su propiedad, excepto su mente con sus desvaríos casi divinos. Sartre, Proust, Pavese y muchos más elevaron hasta la magnificencia el hecho de estar solos y no poseer casi nada. Son destinos.
Se requiere cierto tipo de grandeza para aceptar, como decía Rachmaninov que «después de tenerlo todo, gloria, dinero, aplausos te quedes agotado y solo en la habitación de un hotel».
Cualquier elección es en sí misma un destino.
Rachael, yo también me quedo con ese libro. Creo que de todos los destinos puede ser el más espectacular, por toda la variedad de cosas insólitas que tiene. Próximamente voy a sacar una tercera parte. A ver si te gusta.
Buen comentario Ringo. Es verdad eso que dices de los hoteles. Muchas grandes obras maestras fueron escritas en habitaciones de hoteles. Las que has mencionado, algunas de las que hay en el artículo, y muchísimas más. Tienen algo como mágico. Y es lógico que muchos hoteles se aprovechen de esta circunstancia para conseguir algo de promoción extra. Quizá si nos alojamos en la habituación de un genio creativo se nos pegue algo de él.
De acuerdo contigo Alejandro. Sería deseable que aquello ocurriera, por lo menos en lo que respecta a poseer la sensibilidad necesaria para percibir la realidad en todas sus facetas y volverla creación.
Aunque creo que el precio para poseerla de manera justa, sería que al mismo tiempo se nos pegue también algo de sus propios temores. Y esperanzas.