Hoy en día los conceptos de «biblioteca» y «préstamos» están indisolublemente unidos. Si fuera de otra forma pensaríamos que algo no funciona como es debido. Pero las bibliotecas, además de garantizar el acceso a la cultura de todos los ciudadanos, tienen la función de preservar y salvaguardar los libros más valiosos o necesarios. Son muchas las bibliotecas que cuentan en sus fondos con ejemplares raros, primeras ediciones o manuscritos únicos. Así ha sido desde sus inicios.
En la Edad Media, antes de que Gutenberg inventara la imprenta, ya existía la costumbre de dividir los libros entre los que se prestaban y los que eran solo de consulta. Conscientes de que los libros en general eran un bien escaso y muy preciado, los monjes solían encadenar los libros de consulta a las estanterías, los bancos o los atriles para garantizar su conservación. Así nació la costumbre de encadenar bibliotecas, una práctica de la que apenas queda rastro en la actualidad. Sin embargo, existen todavía unas pocas bibliotecas que mantienen sus libros encadenados, tal y como se hiciera hace siglos.
Atlas Obscura ha recopilado algunas de las últimas bibliotecas encadenadas del mundo. En una época en la que empezamos a preguntarnos si algún día el libro electrónico acabará sustituyendo al libro físico no nos viene mal una pizca de ese amor por los libros.
La verdad es que tiene su encanto… Las cadenas sujetando los libros a los estantes, libros que se aferran a esos lugares para siempre, que fueron colgados por lectores que deseaban conservar, y prolongar en el tiempo, la lectura de sus textos… Prendidos mediante eslabones para no extraviarse jamás, los libros encadenados representan una belleza singular… No es que sea una idea que me gustase poner en práctica en mi propia biblioteca…, pero me gusta el respeto por la cultura que transmite… el enorme valor que se les daba. Algún día iré a visitar alguna de estas bibliotecas (…debe ser un poco extraño el intentar alzar un libro encadenado y sujetarlo entre las manos mientras las cadenas se balancean ligeramente…) Gracias. Un saludo.
Hay un dicho que es que quien presta un libro a un amigo pierde el libro y pierde al amigo. Supongo que en ciertos casos más valdría tener los libros encadenados, pero no creo que normalmente haya que llegar a esos casos extremos. Sí es una práctica antigua que con el tiempo se ha ido perdiendo y que tal vez de aquí a unos años haya desaparecido completamente. En efecto, debe ser impresionante sujetar uno de esos libros mientras la cadena se mueve.
me gustan mucho edad media y quiero seguir el año que viene en septiembre y tambien en prodis.
carlos mariñas paramo