José Luis Sampedro

José Luis Sampedro

   Sentidas palabras las que Iñaki Gabilondo deja dichas sobre la muerte de José Luis Sampedro. Y una pregunta en el aire. ¿Qué aprendimos de José Luis Sampedro? He aquí mi respuesta.

   Muchos recordarán al último Sampedro como el catastrofista, el profeta agorero de la decadencia moral, social y económica de Occidente, del sistema capitalista y neoliberalista salvaje que se desmorona y que a su paso arrasa con el hombre, con su humanismo, y si se apura con el planeta entero. Pero tras su falta de fe en el sistema hay una gran confianza en el ser humano. Es cierto que la democracia está tan podrida de raíz que realmente no existe, que es una mera ilusión. Solo así se explica que el pueblo elija, supuestamente por vía democrática, a dirigentes que mienten, que no dan la talla o que no disimulan su servilismo a los poderes financieros. Y solo así se explica que a estos dirigentes no solo no les pase nada sino que además en muchos casos se les premie con la reelección.

   Sin embargo, su desconfianza en el sistema es al mismo tiempo su confianza en las personas. Porque no es posible que esas mayorías que eligen a gobernantes egoístas e incompetentes estén locas. Solo están manipuladas, que no es poco. La opinión pública es realmente la opinión de unos pocos, es opinión mediática, el resultado de un elaborado mecanismo de manipulación de los medios de comunicación de masas orquestado por el poder económico ‒que es el único poder que existe al fin y al cabo‒.

   Lo que yo he aprendido de Sampedro es la confirmación de algo que ya muchos sospechábamos. La educación es la clave. Estamos educados ‒o más que educados, condicionados‒ para no pensar, para no razonar, para no ser críticos ni conscientes de la realidad que nos rodea. Pero hay un rayo de esperanza en las nuevas generaciones. La barbarie ha llegado a unos extremos en que muchos han empezado a abrir los ojos, a concienciarse del problema. Y es que las personas que han sufrido son más difíciles de engañar. Lo que yo he aprendido de Sampedro es que el mundo tiene que cambiar. Que puede cambiar.

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