Hace unos días, al hablar de los libros cuya lectura más se abandona, comentaba que el Ulises de Joyce ha sido una de las poquísimas novelas que que he tenido que dejar sin terminar, seguramente porque traté de leerla demasiado pronto y su oscuridad me intimidó tanto que años después aún no he sido capaz de retomarla. No en vano, el libro que es considerado por una buena parte de la crítica como una de las mejores novelas en lengua inglesa del siglo XX, es también, por muchos motivos, una de las más complejas. O, al menos, así había sido hasta ahora. El cineasta y animador irlandés Eoghan Kidney ha puesto en marcha una campaña de crowdfunding para desarrollar un programa capaz de facilitar la lectura del tan temido e idolatrado Ulises.
Se trata de un software híbrido de libro y videojuego que, con ayuda de las las gafas Oculus Rift, crea el mundo virtual del libro de Joyce y permite al lector entrar literalmente en él. Según Kidney, el lector podrá convertirse en un personaje más de la novela, moverse por los ambientes del libro, escuchar las conversaciones y los pensamientos de los personajes ‒a través de una locución‒ y detenerse en cualquier momento para desentrañar cualquier pasaje a través de anotaciones, imágenes y enlaces. En definitiva, total libertad, más allá de la linealidad de la lectura tradicional, para explorar el mundo que Joyce creó con palabras.
De momento solo se ha trabajado con una versión de prueba con un solo capitulo del Ulises, pero Kidney cuenta con que el concepto pueda aplicarse al libro entero y a muchos otros libros, algo que parece que podrá salir adelante, teniendo en cuenta que el crowdfunding acaba en unas horas y Kidney ya ha conseguido los 4.000 euros que se fijó como objetivo.
Para ir abriendo boca Kidney ha preparado un vídeo como presentación de su campaña. La verdad es que ni el vídeo resulta lo suficientemente esclarecedor ni 4.000 euros parecen suficientes para un objetivo tan ambicioso, pero hay que admitir que la idea de acompañar in situ a Leopold Bloom y a Stephen Dedalus por el Dublín de 1904 no deja de tener su encanto.
La verdad es que la campaña de marketing es una mierda, pero el proyecto es bueno. No sé hasta dónde llegará, pero los videojuegos interactivos son el futuro de la enseñanza.
Sí, estoy de acuerdo, acompañar a los personajes de «Ulises» por el Dublín de 1904 tiene su encanto (o al menos causa curiosidad)… Y, sin embargo, también es cierto que el vídeo deja mucho que desear… Con un presupuesto tan bajo, la animación no será lo suficientemente atractiva y se dejarán infinitos detalles de lado para abreviar o dar suficiente fluidez y dinamismo a la obra… El libro está lleno de situaciones (más o menos perturbadoras) que no recogerá del todo la animación y se mostrarán confusas al haberlas imaginado de modo diferente… (ya sé que eso ocurre siempre que se lleva a la pantalla o a otro formato un libro, pero en este caso no creo que con ese presupuesto la propuesta de Kidney de buenos resultados…) Gracias. Un saludo.
Marcos, quizá sea porque el proyecto es bueno, porque de otra manera no se explica que haya conseguido llegar al objetivo. Estoy contigo en las posibilidades educativas de los videojuegos. De hecho, hace un par de años que los vengo utilizando en clase, y con resultados sorprendentes. Y estoy hablando de videojuegos cutres, que cuando se mejore puede ser alucinante.
Rachael, en cualquier caso no creo que esto pueda sustituir una lectura directa del Ulises. Aunque quizá entre no leerlo y probar esta experiencia, esto último no está tan mal. Es posible que para probar un experimento como este hubiera estado mejor intentarlo con un libro menos introspectivo y con más acción. Pero si finalmente puede funcionar con el Ulises, eso significa que podría hacerlo con cualquier otro libro.
Hola.
No vi el vídeo, pero me parece una idea estupenda la de este hombre. Ojalá se me hubiera ocurrido a mí.
Estoy con Alejandro en que es difícil que la iniciativa sustituya a la lectura tradicional de la obra, pero es cierto que más vale acercarse al libro de Joyce a través de ese programa que no hacerlo nunca. Creo que habría que verlo como un complemento a la lectura de siempre, una forma de profundizar en la historia y no perderse sus detalles y matices (siempre que el software esté bien diseñado y sea de calidad, claro, y hasta donde pueda llegar técnicamente para no perderse éstos).
También es verdad lo que dice Rachael respecto a lo que ocurre cuando se lleva un libro al cine. Sin embargo, como es lógico, la película no va a ser (ni debe) una copia literal de la historia impresa. El cineasta, como creador, aporta su personalidad y su visión estética. Asimismo, es imposible trasladar toda una novela a la pantalla porque entonces los metrajes serían «interminables».
Al igual que Alejandro, opino que posiblemente hubiese sido más acertado comenzar con otro tipo de novela y que, sin dudarlo, si resulta con «Ulises», entonces funcionará con cualquier otro libro por complejo que sea.
Me pregunto cómo se le habrá ocurrido la idea a Eoghan Kidney.
Un saludo y felicidades por un nuevo post tan curioso e interesante.
Alberto, si vieras el vídeo comprobarías que no hay una correspondencia entre lo que se muestra y lo que se propone el proyecto. Está bien que pensemos que este tipo de propuestas no pretenden sustituir la lectura sino complementarla. Creo que los mundos virtuales pueden dar mucho juego, todavía hay mucho por explorar, y por qué no va a sumarse la literatura a ello.
Bueno, no creo que el experimento sea mejor que leer el libro, pero no es más que una opinión. Siempre prefiero la experiencia real a la virtual.
Gracias.
Eso por supuesto, aunque no creo que sean contradictorias ni haya que elegir.
Interesante, aunque me espanta, de algún modo. Pero acepto, porque nada se puede hacer contra el desenfreno de la inteligencia (el libre albedrío de nuestra especie). Sé, además, o intuyo, que el
Ulises que leí en mi juventud (a mi manera y como pude) no lo volveré a leer, pues nos hallamos en un punto de ruptura con la tradición. Gracias y saludos, Alejandro.