Desde el primer momento en que empecé con La piedra de Sísifo tenía más o menos claro lo que buscaba. En aquella época las bitácoras aún no estaban tan de moda y nunca fui del todo consciente de estar haciendo una. Como explico en la presentación, este espacio nace de un intento fallido de hacer una revista universitaria años atrás. Evidentemente, por formación, tiendo a incidir más en ciertos temas, pero nunca quise limitarme a escribir sobre libros o a publicar mis propios textos literarios. La piedra de Sísifo está enfocada de forma que pueda hablar de todo aquello que me interesa y más, aunque salta a la vista que siento predilección por la literatura.
Ahora, por primera vez en todo este tiempo, se me ha planteado un tema que ya no tiene espacio en esta bitácora. Últimamente siento que la expresión letraherido es más cierta que nunca, y poco a poco ―o mucho a mucho― me he ido obsesionando por los libros en su materialidad física. Y de eso trata precisamente mi nuevo espacio, de bibliofilia, del libro como objeto de colección, como entidad física casi sagrada (un capricho por cierto bastante caro pero muy satisfactorio). Aunque he dedicado una buena parte de La piedra de Sísifo a la literatura, y en ocasiones me he centrado en los libros, es un tema que definitivamente no tiene cabida aquí, sobre todo por dos motivos. Por una parte es un aspecto demasiado específico que choca con el carácter general del blog, y por otra el tono que pretendo utilizar es muy distinto, más cercano y coloquial.
No tengo ni que decir que aquí seguiré escribiendo con la misma regularidad que antes, tanto o tan poco, dependiendo de lo mucho o nada que tenga que decir. Mi nuevo blog, ese sí, lo tomaré con mucha más calma, escribiendo cuando me apetezca, sin ningún tipo de presión.
Si les interesa la bibliofilia no dejen de visitarlo. La dirección es la siguiente: http://biblioaprendiz.blogspot.com/
No hay comentarios