Imagina la siguiente escena: el condenado a muerte, con los ojos vendados, frente al pelotón de fusilamiento, preparado para recibir los disparos ‒si es que se puede estar preparado para algo así‒ y justo en el momento en que va a producirse el trágico desenlace aparece en la plaza un jinete portando en sus manos una orden de indulto. Quizá pueda parecer la escena de una película, pero es lo que le pasó a Fiodor Dostoievski.
Los inicios literarios de Dostoievski, como los de tantos escritores, fueron inciertos. Con su primera novela, Pobres gentes, consiguió el reconocimiento de la crítica y se convirtió en una joven promesa con solo 24 años, pero las siguientes recibieron críticas negativas y el escritor cayó en una depresión. Como una vía de escape a ese malestar espiritual y a un inconformismo social propio de la edad, Dostoievski entró en contacto con el Círculo Petrashevski, un grupo de intelectuales utópicos que defendía la libertad del hombre. Pero el 23 de abril de 1849 Dostoievski, junto a otros muchos de sus compañeros, fue arrestado y encarcelado con la acusación de organizar actividades antigubernamentales y de conspirar contra el zar Nicolás I. El 16 de noviembre Dostoyevski fue llevado a la fortaleza de San Pedro y San Pablo y condenado a muerte.
El 22 de diciembre, Dostoievski y algunos compañeros más fueron fueron llevados al patio para su fusilamiento. Antes de vendarles los ojos todavía tuvieron oportunidad de ver apilados en un carro los ataúdes en los que meterían sus propios cadáveres. Se dice que en el último momento el escritor todavía pudo murmurar a uno de sus compañeros «No me puedo creer que me vayan a fusilar». Sin embargo, eso nunca pasó, porque en ese momento irrumpió en el patio un jinete con la orden salvadora. Su pena había sido conmutada por cinco años de trabajos forzados en Omsk, Siberia. Tanta fue la presión del momento que le dio allí mismo un ataque de epilepsia.
Ese mismo día Dostoievski escribió en una carta a su hermano: «No gemí, me quejé ni perdí el valor. La vida, la vida está en todas partes, la vida está dentro de nosotros … Habrá gente a mi lado, y para ser un hombre entre la gente hay que seguir siendo un hombre para siempre … eso es la vida, esa es la tarea de la vida …».
La experiencia tuvo un profundo efecto en Dostoievski, casi como una epifanía. Sin ella, no hay duda de que obras como Crimen y castigo o Los hermanos Karamazov no hubieran sido las mismas. Pero este episodio demuestra, al mismo tiempo, lo frágil que es la literatura. Si ese 22 de diciembre Dostoievski hubiera sido fusilado jamás hubiéramos conocido esas novelas. Me gusta cómo lo explica Nieves Conconstrina en Menudas historias de la Historia: «Con Dostoievski habrían muerto fusilados el joven Raskolnikov de Crimen y castigo; el príncipe Myshkin de El idiota, todos los hermanos Karamazov y cientos de personajes más que aún estaban por salir de su atormentada pluma. A ellos también los indultó el zar Nicolás I, pero fue sin querer».
Magnífica historia y magnífico final. Me ha encantado, sobre todo, lo que le escribió a su hermano, tras la «pequeña anécdota» vivida… Gracias. Un saludo.
Muchas gracias, rachael. No puedo dejar de recomendarte el libro de Nieves Conconstrina si no lo has leído. Un saludo.
Hola, Alejandro.
No tenía ni idea de q Dostoievsky estuvo a punto de ser fusilado. Normal q en una situación tan extrema y angustiosa sufriese, después d salvarse un ataque epiléptico.
Tuvo muchísima suerte el autor porque cualquier circunstancia podría haberse cruzado en el camino del mensajero y éste no llegar a tiempo. Esta historia me recordó a un película, creo q es de principios de los 80, en la q un Mel Gibson muy joven q interpreta a un soldado australiano va corriendo entre los hombres para entregar un mensaje vital. La película se centra en la batalla de Gallipoli durante la I Guerra Mundial. El final es impactante. Os la recomiendo.
Muy interesante tu artículo. Si llega a vivir en persona la madre del autor ruso esa situación, le da un infarto.
Un saludo literario desde Oviedo.
La escena de una persona que va a ser ejecutada y se salva en el último momento creo que ha generado muchas historias, pero esta película que comentas en concreto no la conozco. Voy a investigar, aunque ya ves que muchas veces la realidad supera a la ficción. Un saludo.
Hola, Alejandro.
Es cierto que la escena de alguien que se salva en el último momento ha propiciado muchas historias y se ha visto muy a menudo en el cine.
Respecto a la película sobre la batalla de Gallipoli (fue una auténtica carnicería para el ejército australiano; algo muy característico de la Gran Guerra como ya sabes), no es que se salve una persona a punto de ser ejecutada, pero no quiero contar más por todos los que no la habéis visto.
La verdad es que parece un tópico la famosa frase de «La realidad supera a veces a la ficción». Sin embargo es tan cierta como la muerte.
Un saludo literario desde Oviedo.
PD: qué te parecería la propuesta de publicar un artículo a la semana sobre misterios literarios y hechos asombrosos alrededor del mundo de las letras? Si no lo ves factible o interesante, no hay problema. Ya había pensado en esto hace algún tiempo.
En principio me parece genial. ¿Qué te parece si me mandas un correo a info@lapiedradesisifo.com y lo concretamos? Estas cosas prefiero tratarlas por correo. Un saludo.
He leído el libro de Conconstrina. No lo había leído aún, pero lo tenía en casa, así que no he podido posponerlo por más tiempo. Gracias, es realmente divertido y muy ameno. Lo mejor es cómo lo expone, tan resumido y como si fuesen naderías, en vez de acontecimientos trascendentales… He disfrutado mucho su lectura. Un saludo.
Querido Alberto, te has olvidado de abreviar el «que», de «porque», que aparece en la primera frase…
Me alegro de que te hayas animado a leer el libro. Como habrás podido ver se lee en un suspiro y realmente merece la pena. Quizá te encuentres alguna otra idea del libro en el blog, porque da para mucho. Un saludo.
Esto no sucedió así, te recomiendo que leas la biografía de Henry Troyat y no fomentes falsas historias por internet, corren como la pólvora y luego no hay quien encuentre la verdad.
Hola, Karamazov.
Es cierto que las falsas historias corren como la pólvora (o como Fernando Alonso) por Internet (también por la vida real). Y es cierto que luego es difícil saber qué parte es verdadera y qué parte es falsa. Hay muchos acontecimientos, anécdotas e incluso frases que se dan por reales cuando no lo son. Por ejemplo, la famosa «No estoy de acuerdo con usted, pero estaría dispuesto a dar mi vida por que pudiera expresar su idea» pues, sorpresa, es falsa. Pero por lo que conozco a Alejandro virtualmente, estoy seguro de que nada más lejos de su deseo que difundir mentiras. No me gusta nada ese tono agresivo que percibo en tu comentario. Y no soy, ni tengo por qué serlo, defensor de Alejandro. Simplemente, no me parece justo y pienso que es excesivo por tu parte.
La amabilidad no está reñida con el rigor. Seguro que estás de acuerdo conmigo en esto.
Un saludo.
muy buen dia hay algun lector, que realmente me asegure que es realmente sierto quien tiene la verdad?? de las biografias es muy comico encontar por ejemplo periodicos que repiten notas y periodistas que se creen que tienen la verdad y escriben notas copiadas de otros colegas ,,me de que pensar que no es sierto que FIODOR DOSTOIESKI no sobrevivio por ej al tprmento del castigo que sufrio cuando lo metioren preso, o al supuesto fucilamiento etc,ect
grandes de la literatura y artistas , dostoyevski ,franz kafka , vincent van gogh , son una minima parte de los mas grandes que en este caso sufrieron por sus hermanos y padres muy duros , me identifico con kafka ya que en un relato de CARTA AL PADRE la silla con el cinturon apollado, significado de castigo » , van gogh que cuando se entero que su hermano se casaba se puso muy triste centenares despues de muerto se encontraron centenares de cartas para su hermano ,