Happy Birthday

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   Hoy hace ya diez años que se publicó el primer artículo de La piedra de Sísifo. En aquel entonces, todo sea dicho, este blog era algo muy distinto a lo que es hoy en día. En primer lugar, ni siquiera lo consideraba blog, más que nada porque en ese momento no estaba demasiado claro qué era un blog. Lo que es hoy La piedra de Sísifo nacía entonces con vocación de revista digital, aunque, eso sí, en principio como proyecto personal. Un espacio en el que ir recopilando información para estar al día y una excusa para ir publicando trabajillos y ejercitar la escritura.

   Diez años han pasado y mucho ha cambiado la página desde entonces. Aunque ahora parezca extraño, ha habido temporadas en las que únicamente se publicaban reseñas de libros o épocas en las que apenas se llegaba al artículo mensual. Esto explica, quizá, por qué en diez años el crecimiento no ha sido tan grande como podría ‒o debería‏‒ haber sido. Después, cuando comencé a asumir que esto era un blog, decidí hacer algunos cambios: ir incrementando poco a poco el ritmo de publicación hasta llegar al artículo diario, estar presente en redes sociales o dejar de existir como proyecto personal para empezar a aceptar colaboraciones externas. Ha sido a partir de ese momento cuando ha empezado a notarse un mayor crecimiento.

   A pesar de llevar diez años en el mundo on line, las cifras son bastante discretas: más de 1.000 artículos y casi 4.000 comentarios. Sin embargo, más allá de los simples datos, entiendo que el valor de La piedra de Sísifo no está en lo que ha sido ni en lo que es sino en lo que puede llegar a ser, en lo que se puede convertir con el tiempo. Cuando se empieza un blog piensas que no te lee nadie, pero al mirar las estadísticas ves que día a día el número de visitas va subiendo, notas que las interacciones van aumentando, que a la gente le interesa lo que escribes, que lo comparten, que te felicitan o te lo agradecen. Tal vez sea la inercia, o quizá la necesidad de ser minoritario para seguir sintiéndome libre, pero la verdad es que a día de hoy todavía sigo pensando que no me lee nadie.

   Escribir un blog no es precisamente algo fácil, más aún cuando se hace como afición. Requiere altas dosis de paciencia, constancia y tiempo. Ahora bien, si vuelvo la vista atrás creo que todo el esfuerzo invertido merece la pena, sobre todo por lo que he podido ir aprendiendo y por la cantidad de personas y amigos que se han ido cruzando por el camino. A todos ellos quisiera agradecerles que hayan estado o que estén ahí, porque sin ellos esto no hubiera sido lo mismo. Gracias a todos los que han colaborado con algún artículo, a los que comparten, a los que comentan y a los que leen en silencio. Entre todos hemos hecho de La piedra de Sísifo lo que es ahora y entre todos conseguiremos hacer de ella algo todavía más grande.

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