Un paraguas bajo el que llueve, bajo el que poco a poco se va llenando de agua la silueta del inconfundible señor del sombrero a lo Magritte, un paraguas negro que se va tiñendo de rojo, es el anuncio de Cosmopoética 2010, o lo que es lo mismo, Cosmopoética 7. Son ya varias las ediciones que han ido apareciendo en La piedra de Sísifo, normalmente con cierta antelación para que los amantes de la poesía no se pierdan palabra de esta maravillosa cita. Este año aviso a medio camino de una edición que se inició el 15 de marzo y que finalizará el 25 de abril.
En esta dirección puede consultarse el programa de las actividades y en esta la lista de invitados, con participaciones desde todos los rincones del mundo. Este año se echan de menos ciertos nombres que han ido apareciendo en anteriores ediciones y que han dado mucho prestigio al cosmoencuentro, no sólo desde el punto de vista internacional, sino desde el nacional. Las comparaciones son odiosas, y sin embargo, es imposible no pensar que este encuentro ha perdido algo de fuelle últimamente ―basta comparar las campañas publicitarias―, aunque estoy seguro de que no es ni mucho menos el principio del fin, sino la consolidación de unos encuentros que no pueden dejar de tener sus altibajos.
Eso sí, cada año Cosmpoética, empeñada en acercar la poesía al gran público, está más cerca de conseguir el que es uno de sus objetivos fundamentales. En ese sentido se organizan recitales en la calle ―Balcones de poesía, como homenaje a Miguel Hernández―, se muestra el lado lúdico del quehacer poético relacionándolo con el deporte ―Poesía a pedales― o con el medioambiente ―En-bíciate― se da pie a la participación directa, como en el ciclo Versos sumados o en el proyecto 2016 poemas. Este último es una exposición en la plaza de Las Cañas, en la que se exhibirán poemas cortos de cualquier que quiera animarse a mostrarlos.
Además, siempre puede disfrutar de la feria del libro de Córdoba, que ha vuelto una vez más a la Avenida Gran Capitán y que tiene un programa que se complementa con el de Cosmopoética 7. Una excusa poética para perderse unos días ―o un fin de semana si se trabaja―, por una ciudad, Córdoba, que es pura poesía, y más en estos días.
Es digno de elogio que se le dedique tanta atención a la poesía. Los altibajos, como bien dices, son normales.
Un abrazo
¡Jo, yo también quiero recitar en la calle! Espera un momento… ¡si ya lo hago! ;P