Federico García Lorca

Federico García Lorca

   Me he indignado con un artículo aparecido en El Mundo titulado «Quitad vuestras sucias rosas blancas» y escrito por el periodista y columnista Santiago González. Como no me apetece entrar en descalificaciones, que es lo único que merece un individuo así, he elegido desahogarme usando la forma del telegrama a lo Miguel Ángel Aguilar. Esta es mi contestación a su artículo:

   Señor Santiago González, perplejidad es lo que uno siente cuando lee que usted se pregunta que qué tendrá que ver el juez Garzón con Federico García Lorca. Usted parece ignorar que fue el juez Garzón quien ordenó la exhumación de 19 fosas comunes en toda España, incluida aquella donde supuestamente se encontraba enterrado Lorca. Usted parece ignorar que fue el juez Garzón quien organizó todo el aparato logístico para la búsqueda y localización de los cuerpos de los desaparecidos. Usted parece ignorar que fue el juez Garzón quien se hizo cargo de las denuncias presentadas por hasta 22 asociaciones de la memoria histórica y diez particulares que buscaban información sobre los desaparecidos. ¿Qué tiene que ver el Juez Garzón con Lorca? ¿Cómo puede seguir haciéndose esa pregunta?

   Señor González, tal vez Lorca sea uno de nuestros poetas más internacionales, pero el valor de su vida no debería estar por encima de la de cualquier persona anónima. No olvide usted que la de Lorca es sólo una de las tantas fosas que existen en el barranco de Víznar, que Lorca es sólo uno de los aproximadamente 2000 cadáveres que fueron enterrados tras ser masacrados. Víznar representa a Lorca pero también, y posiblemente por encima de Lorca, representa a los miles de nombres anónimos, muchos de los cuales todavía permanecen allí y todavía están sin identificar. Depositar rosas blancas sobre la tumba de Alfacar es simple simbología que no tiene tanto que ver con el Lorca poeta como con el Lorca fusilado.

   Usted dice haberse hecho lorquiano leyendo a Lorca, como si hubiera otra forma de hacerse lorquiano, y a modo de reafirmación encaja dos versos que poco vienen al cuento. Podría hablar en su artículo de la politización de la figura de Lorca, pero en lugar de eso se hace la absurda pregunta de qué hubiera pensado Lorca sobre este acontecimiento y se la responde usted mismo, como si de alguna manera tuviera línea directa con el más allá. No sólo no sabe lo que hubiera pensado Lorca sino que además demuestra que sólo conoce a Lorca por lo que ha leído de él y no por su vida.

   Parece que las rosas blancas le molestan profundamente, y no hay que desaprovechar el color para, haciendo un increíble giro demagógico, sacar al trapo a ETA, que nada tiene que ver en este asunto. Y parece que también le molesta el adjetivo «inconcebible» para calificar a la decisión del Poder Judicial con respecto a Garzón. No olvide nunca que una cosa es el respeto hacia el Poder Judicial y otra muy distinta es creer en su infalibilidad ―en la del sector conservador, claro está―, como si los jueces fueran representantes de Dios en la Tierra. Por supuesto que un juez, como ser humano que es, puede equivocarse. Por supuesto que en la ley puede haber errores y de haberlos será necesario corregirlos.

   Si se permite expresar opiniones como la suya en un medio público, ¿cómo no se van a permitir las críticas al Poder Judicial?

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