Sé que el título de este artículo puede generar algunas interpretaciones maliciosas, pero no voy a hablar de ningún político actual. Más bien me referiré a un episodio que tuvo lugar el 13 de septiembre 1938 en el pueblo de Milton, situado en el estado de Washington. Ese día un tal Boston Curtis ganó las elecciones primarias al comité republicano con 51 votos a su favor. Lo extraño era que el tal Curtis no había hecho campaña electoral y que nadie parecía conocerlo. Más tarde se supo que Boston Curtis era en realidad un burro y que todo había formado parte de una broma de Kenneth Simmons, el alcalde demócrata de Milton.
Simmons llevó al burro al juzgado y colocó su pezuña mojada en tinta sobre los documentos necesarios, a modo de firma, para validar la candidatura. A continuación firmó él mismo en calidad de testigo. El burro se presentó a las elecciones con el nombre de Boston, que era como se llamaba realmente, y el apellido Curtis, que era el apellido de su propietaria, la señora Charles Curtis. Hay que decir que Boston Curtis ganó las elecciones porque no tuvo oposición y fue el único candidato. El objetivo de Simmons era ridiculizar al Partido Republicano y demostrar la poca fiabilidad del sistema de primarias, en el que los votantes a menudo eligen candidatos sin saber siquiera a quién están votando.
Aunque esta fue solo una de las muchas excentricidades de Kenneth Simmons. Para celebrar el Halloween de 1939 se le ocurrió convertir a los niños más rebeldes del pueblo en policías por una noche. Sin embargo, un grupo de chicos de un pueblo cercano se enteró y decidieron visitar Milton esa misma noche y desafiar a los jóvenes policías. El resultado fue una batalla campal en la que uno de los jóvenes de Milton golpeó a uno de sus rivales con el extremo de una manguera causándole una herida en la cabeza por la que tuvo que ser hospitalizado. Finalmente la policía estatal ‒la de verdad‒ se vio obligada a intervenir y detuvo la pelea.
Sé que el título de este artículo puede generar algunas interpretaciones maliciosas, pero no voy a hablar de ningún político actual. Más bien me referiré a un episodio que tuvo lugar el 13 de septiembre 1938 en el pueblo de Milton, situado en el estado de Washington. Ese día un tal Boston Curtis ganó las elecciones primarias al comité republicano con 51 votos a su favor. Lo extraño era que el tal Curtis no había hecho campaña electoral y que nadie parecía conocerlo. Más tarde se supo que Boston Curtis era en realidad un burro y que todo había formado parte de una broma de Kenneth Simmons, el alcalde demócrata de Milton.
Simmons llevó al burro al juzgado y colocó su pezuña mojada en tinta sobre los documentos necesarios, a modo de firma, para validar la candidatura. A continuación firmó él mismo en calidad de testigo. El burro se presentó a las elecciones con el nombre de Boston, que era como se llamaba realmente, y el apellido Curtis, que era el apellido de su propietaria, la señora Charles Curtis. Hay que decir que Boston Curtis ganó las elecciones porque no tuvo oposición y fue el único candidato. El objetivo de Simmons era ridiculizar al Partido Republicano y demostrar la poca fiabilidad del sistema de primarias, en el que los votantes a menudo eligen candidatos sin saber siquiera a quién están votando.
Aunque esta fue solo una de las muchas excentricidades de Kenneth Simmons. Para celebrar el Halloween de 1939 se le ocurrió convertir a los niños más rebeldes del pueblo en policías por una noche. Sin embargo, un grupo de chicos de un pueblo cercano se enteró y decidieron visitar Milton esa misma noche y desafiar a los jóvenes policías. El resultado fue una batalla campal en la que uno de los jóvenes de Milton golpeó a uno de sus rivales con el extremo de una manguera causándole una herida en la cabeza por la que tuvo que ser hospitalizado. Finalmente la policía estatal ‒la de verdad‒ se vio obligada a intervenir y detuvo la pelea.
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