Foto de Jon Athans

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   Llega el verano, una época ‒siempre y cuando se puedan disfrutar de unas buenas vacaciones‒ para disfrutar de más tiempo libre, para viajar o, por qué no, para darle un buen empujón a esa lista de lecturas que hemos tenido que ir aplazando durante el resto del año. Por todos lados empiezan a aparecer las anuales listas de libros veraniegos, recomendaciones de obras imprescindibles o de lecturas ligeras para desconectar en un día de playa.

   Lo que no es tan habitual en estas fechas son las listas de los libros que conviene evitar. Muchos de ellos son libros que se nos atascan y que nos hacen perder un tiempo precioso que podríamos estar dedicando a otros libros. No hay que tener miedo a abandonarlos en caso de que fuera necesario. Según Borges, el libro que no da placer debe abandonarse de inmediato, sin reparos, porque gesto de abandonar un libro, cualquier libro ‒incluso El Quijote‒, no nos convierte en peores lectores. De otra manera, Daniel Pennac, en su decálogo del lector de su ensayo Como una novela, recoge el derecho a abandonar cualquier libro ‒además de saltarse páginas o no de no terminarlo‒.

   Ahora bien, ¿hasta qué punto es posible elaborar una lista de los libros que se abandonan? Es casi como si tratáramos hacer una lista con los libros que se compran y no llegan ni a abrirse. O quizá no sea tan imposible. La tecnología de Amazon permite averiguar, con cierto grado de fiabilidad, cuáles son los libros cuya lectura más se abandona. Para ello el Wall Street Journal utilizó una herramienta llamada Popular Highlights disponible en el Kindle.

   Popular Highlights no es más que un mecanismo que permite que el lector señale los pasajes más destacados de un libro. Si los lectores han leído un libro hasta el final, los pasajes destacados deberían aparecer repartidos a lo largo de todo el libro; por el contrario, si el libro se suele abandonar en las primeras páginas los pasajes destacados únicamente serán los de esas páginas. A continuación a esos datos se le aplica lo que se conoce como el índice Hawking: se toman los números de las páginas en las que aparecen pasajes destacados, se hace un promedio y se divide entre el número total de páginas del libro. Por cierto, que a esta fórmula se la conoce como índice Hawking en honor al libro Breve historia del tiempo, popularmente conocido como «el libro menos leído de todos los tiempos».

   El resultado, con el título y el porcentaje de la cantidad que se ha leído del libro, es el siguiente:

   El Jilguero de Donna Tartt: 98.5%

   En Llamas de Suzanne Collins: 43.4%

   El gran Gatsby F. Scott Fitzgerald: 28.3%

   Cincuenta sombras de Grey de E. L. James: 25.9%

   Flash Boys de Michael Lewis: 21.7%

   Vayamos adelante de Sheryl Sandberg 12.3%

   Pensar rápido, pensar despacio de Daniel Kahneman 6,8%

   Una breve historia del tiempo de Stephen Hawking: 6,6%

   El capital en el siglo XXI de Thomas Piketty: 2,4%

   Aunque los resultados no son completamente fiables, a la vista de títulos como En llamas o Cincuenta sombras de Grey, sí pueden tener su utilidad para reflexionar sobre los bestsellers y sobre la relación entre las cifras de venta de un determinado libro y su lectura. Como puede verse, el gran triunfador de los libros abandonados es El capital en el siglo XXI de Thomas Piketty, un ensayo económico que bien podría desbancar al conocido índice Hawking por el índice Piketty.

   Personalmente solo he abandonado dos libros a lo largo de mi vida lectora: el Ulises de Joyce, que traté de leerlo con 13 o 14 años, y Mañana no será lo que Dios quiera de Luis García Montero ‒este no hace tanto‒. Incluso con Houellebecq, en varias de sus novelas, me he empeñado en llegar al final a pesar de que no me convencía. Cabezota que es uno. Sin embargo, con el tiempo he ido aprendido que es casi tan importante la lista de los libros leídos como la de los libros abandonados, ya que nos definimos como lectores no solo por lo que leemos sino por lo que dejamos de leer.

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