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El clima es un factor clave en la conservación de los libros. Tratar de restaurar los tesoros de una biblioteca inundada puede llegar a ser un proceso muy laborioso. No hace mucho hemos tenido ocasión de volver a verlo: libros y manuscritos antiguos, algunos del siglo XVI, de la la biblioteca del seminario católico de San Benedetto en Cava, una aldea en la provincia de Forlì, se han visto afectados por devastadores inundaciones que se produjeron en mayo en la región de Emilia-Romañan en el norte de Italia, y acabaron siendo almacenados en congeladores para tratar de salvarlos.

Tras la catástrofe, un grupo de voluntarios transportó los libros dañados y otros documentos valiosos, que quedaron sumergidos bajo agua y lodo en las bibliotecas de las zonas más afectadas por las inundaciones, a Cesena, donde fueron colocados en estanterías a temperaturas de -25 °C, en congeladores de tamaño industrial cedidos por Orogel, una empresa especializada en alimentos congelados. «Normalmente usamos este proceso para frutas y verduras maduras dentro de las tres horas posteriores a la cosecha, pero nunca esperé que este procedimiento también pudiera ser útil para nuestro patrimonio literario», dijo a la agencia de noticias Ansa el presidente de la empresa, Bruno Piraccini. Y añadió: «Recibí esta sorprendente solicitud de la biblioteca de Forlì y estamos reorganizando el espacio en nuestro almacén».

Los daños producidos por las inundaciones afectaron a importantes tesoros del patrimonio cultural italiano, entre los que había unos 75 monumentos, 12 bibliotecas y 6 yacimientos arqueológicos. Sin embargo, algunos de los daños más graves se produjeron en los libros de la biblioteca de Forlì. Los libros antiguos se colocaron en bolsas de plástico y a continuación fueron transportados en cajas herméticas a los congeladores en Cesena. El objetivo de la congelación es eliminar el exceso de agua de los libros para evitar daños mayores antes de secarlos y restaurarlos en cuanto sea posible, pero para que esto funcione es necesario que los libros se congelen lo más rápido posible.

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