«Quiero alcanzar, en vida, la fama, la inmortalidad. Hasta que el mundo no se me arrodille para que yo, desde un balcón cualquiera, pueda echarle un gargajo, no estaré contento. Y llegará ese día».
Rafael Alberti, Correspondencia a José María de Cossío, pág. 37.
Y llegó ese día. A aquellos que vean en Alberti al afable ancianito que murió apaciblemente en el Puerto de Santa María, les recuerdo al Alberti que cantó Sobre los ángeles, al Alberti «al que se llevaban mil demonios», en palabras de Juan Manuel Díaz de Guereñu. Son, como lo expresara magníficamente Ricardo Gullón, las «alegrías y sombras de Rafael Alberti». Ni más ni menos que las que hay en cualquier ser humano.
¿Y por qué será que ambos poetas me fascinan hasta límites insospechables?
La pasión por vivir,por escribir y por sentir, el deseo de provocar en el lector una reacción, de hacerle participar activamente (incluso políticamente) a través de sus versos con una pasión arrolladora pocas veces encontrada en otros poetas. Siempre que pienso en Alberti lo asocio a la fuerza creadora capaz de mover montañas. Comparto contigo esa gran admiración por su obra.Particularmente prefiero otras etapas, más que la etapa surrealista de «Sobre los Ángeles» llena de impactantes imágenes, violencia del verso, y creación de un mundo onírico e infernal(que sin duda es considerada por la crítica su mejor obra).Me gustan mucho más sus primeros poemas, «Marinero en Tierra» y también el humor de «Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos» (1929), en donde se recogieron poemas dedicados a los grandes cómicos del cine mudo y también me interesa mucho su obra dramática «El hombre deshabitado» (1930), «El adefesio» (1944).Lo cierto es que es una obra muy a tener en cuenta y no descubro nada nuevo.
Saludos
Estoy muy de acuerdo contigo al relacionar a Alberti con la fuerza creadora, porque era uno de esos poetas que en cualquier momento te hacía un poema sobre cualquier cosa, demostrando siempre una creatividad y una originalidad arrolladora.
La verdad es que tampoco es «Sobre los Ángeles» mi libro preferido de Alberti. Mi gran pasión por Alberti nace de «La arboleda perdida», a la que ya me referiré cuando tenga tiempo.
Los dos poemarios claves para mí son «Cal y canto» (algunos poemas, no todos) y sobre todo, «A la pintura», que es uno de los poquísimos poemarios «de cabecera» que tengo, porque lo consulto constantemente.
Gracias por tu interesante aportación.
Un saludo.