Todos tenemos algún conocido ‒cuando no somos nosotros mismos‒ que retuitea a diestro y siniestro frases de iFilosofía o que tiene lleno el muro de su Facebook con citas de Paulo Coelho o de Deepak Chopra, de esas que tienen la tipografía blanca sobre fondo negro. ¿Qué es lo que hace que este tipo de contenidos sean tan altamente virales? ¿Es quizá la necesidad de parecer profundo o interesante a ojos de los demás? Un estudio de psicología cognitiva de la Universidad de Waterloo, en Canadá, ha tratado de buscar una respuesta a este comportamiento tan habitual en redes sociales.
Hay que empezar aclarando que este estudio, titulado «Sobre la recepción y detección de tonterías pseudo-profundas» y publicado por la revista de psicología Judgment and Decision Making, entiende por «tonterías pseudo-profundas» aquellas «afirmaciones aparentemente impresionantes que se presentan como verdaderas y llenas de significado, pero que en realidad están vacías de contenido». Dentro de esta categoría habría que incluir no solo las vaguedades filosóficas que esconden su insignificancia detrás de pomposas palabras sino también las citas de autores conocidos sacadas de contexto ‒y, ya de paso, no siempre contrastadas ni verdaderas‒.
Según el psicólogo Gordon Pennycook, principal autor del estudio, las personas que tienden a compartir este tipo de contenidos demuestran ser menos reflexivos y carecer de ciertas habilidades cognitivas, como por ejemplo la fluidez verbal, así como tener una marcada tendencia a la ideación conspirativa y ser personas que tienden a creer en técnicas de medicina alternativa. Es decir, ese hábito tan común es señal es señal de un escaso interés por desarrollar las capacidades mentales y semánticas. Además, según demostró el estudio, este tipo de usuarios demostraron tener una capacidad bastante deficiente para detectar frases sin sentido cuando estas tienen la apariencia de estar refiriéndose a algo importante.
Para comprobar esto se les mostró a los participantes distintas frases con sintaxis correcta, pero carentes por completo de sentido. Muchas de esas frases provenían del perfil de Twitter de Deepak Chopra, que es un ejemplo perfecto de este tipo de contenidos. Al enfrentarse a frases del estilo de «la atención y la intención son la mecánica de la manifestación», hubo usuarios que se dieron cuenta de que al pedirles que razonaran el contenido de esas frases se sentían incapaces de encontrarles significado, a pesar de que en circunstancias normales las hubieran compartido sin plantearse siquiera que las entendieran. El simple hecho de utilizar palabras aparentemente profundas como belleza, oculto o manifestación basta para que haya personas que consideren estas frases como profundas y significativas. Es más, como se comenta en Forbes, es posible cambiar el orden de las palabras manteniendo el mismo tipo de frase. Tanto da decir «El significado oculto se transforma en incomparable belleza abstracta» como decir «La belleza abstracta se transforma en incomparable significado oculto».
Para Pennycook la única forma de evitar caer en este tipo de contenidos pseudo-filosóficos es tener la mente siempre abierta pero siguiendo un criterio racional. «Es una cuestión de tener la mente abierta, pero no tan abierta que se nos caiga el cerebro. En este sentido es necesario destacar la diferencia entre mente abierta acrítica o irreflexiva, y mente abierta pensativa o reflexiva», dice el psicólogo. Hay que tratar de desarrollar en la medida de lo posible, en definitiva, nuestra capacidad para el análisis verbal y el escepticismo ante los fenómenos paranormales o irracionales.
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