The Reading Project
A principios de este año, cuando paseaba por el puente de Brooklyn, el artista y creativo Shaheryar Malik estaba a punto de hacerse una de esas típicas selfies con libro que tan acostumbrados estamos a ver por las redes sociales, y especialmente por Instagram. Es una forma muy 2.0 de compartir la pasión por los libros. Pero entonces Malik pensó que quería transmitir su amor por la literatura de otra forma, una con menos postureo, menos impersonal y más cercana y significativa. Así fue como se le ocurrió The Reading Project.
Para empezar este proyecto, que todavía estaba cobrando forma en la mente de Malik, empezó dejando pilas de libros en lugares emblemáticos de Nueva York ‒Times Square, Central Park o el puente de Brooklyn‒ con un mensaje que tenía unas instrucciones muy sencillas entre sus páginas: coger uno, leerlo y compartir lo que esa lectura le había suscitado con el propio Malik por correo electrónico. Viendo que la iniciativa tenía muy buena aceptación, decidió extenderla por el mundo entero y comenzó a visitar países para dejar pilas de libros en los sitios más icónicos ‒y no tan icónicos‒ de grandes ciudades. Hasta la fecha ya ha visitado más de treinta países y de su viaje, que todavía sigue en marcha, se ha hecho eco muchos de los medios de comunicación más importantes del mundo.
Los libros con los que Malik construye la pila están sacados de su propia biblioteca. La idea es clara: los libros que se limitan a acumular polvo en una estantería y que nunca más se vuelven a leer son libros sin sentido, sin vida. Lo que pretende con The Reading Project es compartir los libros en sí, en su materialidad más física, no imágenes de libros en forma de selfies. La conexión que se consigue de esta forma entre los lectores es mucho más profunda e íntima de lo que lo será nunca a través de redes sociales como Instagram.
Si encuentras una pila de libros en la calle ya sabes el motivo: hay alguien que quiere compartir su amor por la lectura contigo.
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