
Ray Bradbury (Fuente).
Ray Bradbury tenía 12 años cuando su tío, Lester Moberg, fue asesinado durante un robo que salió mal, en octubre de 1932. En algún momento, mientras el pequeño Bradbury lidiaba con esta circunstancia, visitó una feria ambulante que estaba de paso por Chicago. Allí se encontró con un mago conocido como Mr. Eléctrico y eso cambió para siempre la vida del pequeño. Este episodio, a día de hoy, continúa siendo un misterio, puesto que la única constancia que queda de la existencia de ese tal Mr. Eléctrico fue el testimonio del propio escritor.
Según un ensayo de 1980 de Bradbury, el mago se sentó con una espada en la mano en una silla eléctrica. A continuación recibió una descarga de entre 50.000 y 10.000 millones de voltios (dependiendo de la versión del autor), que hizo que se le erizara el pelo y saltaran chispas. Después, se puso de pie como si nada y pasó una espada, que dijo que era Excalibur, sobre las cabezas de los niños, nombrándolos caballeros con fuego. Cuando se acercó a Bradbury le dio unos golpecitos en ambos hombros y en la punta de la nariz. Según Bradbury, sintió la electricidad corriendo por su cuerpo y acto seguido Mr. Eléctrico gritó «¡Vive para siempre!».
A día siguiente, supuestamente, Bradbury asistió al funeral de su tío. Posteriormente regresó a la feria para volver a encontrarse con Mr. Eléctrico. El mago le reveló que era un ex ministro y aprovechó para presentarle a Bradbury a otros artistas, varios de los cuales inspirarían más tarde a personajes de su obra. «Nos hemos conocido antes», acabó diciéndole Mr. Eléctrico a Bradbury, y continuó: «Fuiste mi mejor amigo en Francia en 1918 y moriste en mis brazos n la Batalla del Bosque de las Ardenas ese año. Y aquí estás, nacido de nuevo, en un cuerpo nuevo, con un nombre nuevo. ¡Bienvenido de nuevo!».
Pocas semanas después de su encuentro con Mr. Eléctrico, el joven Bradbury escribió sus primeros cuentos, una serie de relatos sobre el planeta Marte. «Desde ese momento hasta ahora, nunca me he detenido», recordó el escritor años más tarde. «Dios bendiga a Mr. Eléctrico, mi catalizador, donde quiera que esté». El autor siempre sintió que tenía que agradecerle mucho a aquel misterioso mago. De alguna forma, ese singular encuentro puso a Brabdury en el camino de la escritura.
El problema es que, aunque muchas de las historias ocurridas en la vida de Brabdury son verificables a través de documentación o de testimonios de familiares o conocidos, el encuentro con Mr. Eléctrico no ha quedado registrado en ninguna parte ni cuenta con ningún testigo. Lo único que nos queda es el testimonio del propio Bradbury, que murió en 2012 a los 91 años de edad, pero que ya sabemos que el escritor no siempre es la fuente más fiable (afirmaba, por ejemplo, recordar su propio nacimiento y también le gustaba adornar sus historias para hacerlas más maravillosas). La identidad de Mr. Eléctrico continúa siendo un enigma que todavía genera en la actualidad ríos de tinta.
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