
Imagen vía Shutterstock.
Un crucigrama puede ser algo aparentemente inofensivo. Sin embargo, en la década de 1920 este tipo de pasatiempos se convirtió en una moda que supuso más de un quebradero de cabeza para alguna que otra biblioteca estadounidense. En 1925 la Biblioteca Pública de Nueva York difundió un informe donde alertaba de la situación. El motivo de que estos pasatiempos comenzaran a ponerse de moda como nunca hasta entonces es que empezaron a ofrecerse premios a cambio de crucigramas resueltos al completo. Como consecuencia, muchas bibliotecas comenzaron a llenarse de aficionados a los crucigramas que utilizaban los diccionarios y otras obras de referencia para ayudarse en la tarea de completarlos.
El problema se presentó cuando, y así lo describe el informe de la Biblioteca Pública de Nueva York, las salas de lectura comenzaron a estar abarrotadas, con usuarios que hacían un uso intensivo de los servicios bibliotecarios, monopolizando determinadas obras y llegando a molestar a los usuarios regulares. El resultado fue que hubo bibliotecas que decidieron tomar cartas en el asunto y, para proteger a sus usuarios de toda la vida, restringieron el acceso general a determinados libros. No deja de ser curioso que una moda que en principio parecía atraer a más personas a las bibliotecas finalmente se convirtiera en un problema para estas.
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