Caricatura de Lebaudy entre un grupo de líderes mundiales, hecha por Eugène Ogé en 1904 (él es el que mira el Sahara en la bola del mundo)

   En junio de 1903, un hombrecito de porte espigado, voz aguda y nariz afilada, que según se decía poseía una fortuna personal de unos quince millones de dólares, desembarcó con su yate, de nombre Frasquita, otros dos barcos y una docena de marineros bretones que había reclutado en una zona cerca del cabo Juby, en la costa del Marruecos español, y proclamó el «Imperio del Sáhara». El tipo era Jacques Lebaudy, hijo de Jules Lebaudy ‒millonario de la industria azucarera‒ y Amicie Lebaudy ‒que había fundado una organización benéfica para proporcionar viviendas a los trabajadores pobres‒. A la muerte de Jules, Jacques heredó toda la fortuna de su padre y la empleó en proclamarse emperador del Sáhara.

Caricatura de Lebaudy hecha por Sem en 1903

   Con la ayuda de unos 400 soldados mercenarios y dieciséis cañones Hotchkiss, Lebaudy estableció un campamento con una gran carpa donde montó su trono. A continuación informó a las autoridades francesas de que en adelante se referirían a él como Jacques I, Najin-al-Den, emperador del Sáhara, comandante de los fieles, rey de Tarfaia, duque de Arleuf y príncipe de Chal-Huin. Los gobiernos europeos desaprobaron esta empresa y finalmente los franceses enviaron un barco para que bombardeara la costa, lo que aprovecharon los hombres de Lebaudy para escapar en medio de la confusión. El gobierno francés emitió entonces una orden de detención contra Lebaudy, que viajó a La Haya para tratar de llevar su caso ante la Corte Internacional.

   Después de fracasar en su intento por conseguir justicia, en octubre de 1903, Lebaudy se trasladó a Londres y se instaló en el Hotel Savoy, donde, todavía pensándose emperador del Sáhara, estableció su corte. Nombró a un coronel estadounidense jubilado, el aventurero George Edward Gouraud, como Gobernador General y Comandante en Jefe, y a un carpintero como Comandante Adjunto de la Armada Sahariana. Encargó a un joven periodista emprendedor que editara su periódico nacional, Le Sahara, donde se informaría de noticias referentes a la corte y promulgaría leyes y decretos imperiales. Diseñó y fabricó sus propios billetes ‒impresos en amarillo, malva y negro‒ y una bandera imperial, cuyo centro estaba adornado con tres abejas doradas en un campo púrpura, bajo una corona rematada con una cruz sostenida por arcos dorados con peras. También encargó un himno nacional y cuando entraba en el restaurante del hotel, para cenar en una mesa cubierta con un mantel de púrpura imperial y con una corona de crisantemos púrpuras suspendida suspendida del techo, la orquesta inmediatamente tocaba el himno imperial.

Otra caricatura de Lebaudy

   Lebaudy había previsto que la ceremonia de coronación oficial tuviera lugar el 1 de enero de 1904, en un acto en el que todo el desierto sería cubierto de banderas y de flores artificiales, y en el que el emperador, escoltado por cien granaderos, recibiría el juramento de lealtad de sus súbditos. Al caer la noche, el desierto se quedaría iluminado por las luces de cientos de linternas y por una una exhibición de fuegos artificiales. Nada de eso ocurrió. Aproximadamente en 1908, Lebaudy dejó el hotel Savoy y se trasladó a Nueva York con su esposa Augustine y su hija Jacqueline, no sin antes anunciar que el trono del Sáhara permanecería vacío, pero advirtiendo que los usurpadores serían severamente tratados.

   En Nueva York el comportamiento de Lebaudy se fue volviendo cada vez más errático. En 1915 fue ingresado en un sanatorio mental a petición de su esposa pero consiguió huir. A partir de ese momento intentó asesinar a su esposa y a su hija en varias ocasiones y finalmente Augustine lo mató el 12 de enero de 1919 en su casa de Westbury, cuando Lebaudy intentaba agredir sexualmente a su hija adolescente. El jurado negó que hubiera delito. Tras su muerte, Lebaudy dejó una gran fortuna, porque aunque tenía severos problemas mentales, parece ser que esto no impedía que fuera un lince como inversionista en bienes y acciones ‒parece ser que en 1907 consiguió ganar más de un millón de dólares en la industria del ferrocarril‒.

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