
Fotograma de Das Boot: El Submarino (Fuente).
En la literatura, quizá el submarino más famoso sea el Nautilus, que Jules Verne nos presentó en su Veinte mil leguas de viaje submarino. ¿Pero qué hay de aquellos que conocimos por la cinematografía?
Kursk recrea la catástrofe que afectó al submarino ruso homónimo en agosto de 2000, cuando una pérdida de propelente en uno de sus torpedos provocó una fenomenal explosión que destrozó gran parte de la nave y dejó en el fondo del mar a un puñado de sobrevivientes. Las erráticas maniobras de búsqueda de las autoridades navales, las restricciones oficiales a la circulación de información y la reticencia rusa a aceptar auxilio extranjero se combinan para producir un efecto de impotencia ante el accidente. Mientras en tierra la angustia consume a familiares y amigos de los tripulantes, en la atmósfera de encierro de la nave la camaradería de los sobrevivientes se transforma en un heroísmo compartido.
K 19, the widowmaker, tiene la particularidad de haber sido dirigida por una mujer: Kathryn Bigelow. El filme está inspirado en los sucesos que envolvieron la accidentada existencia del submarino ruso K 19 (primero de la armada soviética en portar misiles balísticos), cuya veloz construcción habrían de pagar caro sus tripulantes. En el transcurso de unas maniobras en el Atlántico Norte, una falla en el sistema de refrigeración del reactor nuclear deja el ingenio al borde de la fusión. Exponiéndose a una radiación mortal, los osados marineros soviéticos improvisan tuberías para desviar el agua potable de la nave y así enfriar el reactor, mientras buscan otros submarinos que los ayuden. Interesante propuesta cinematográfica que reconstruye un hecho poco difundido de la historia de los submarinos.
En Torpedo (Run silent, run deep) encontramos a Clark Gable y Burt Lancaster al mando de un sumergible estadounidense clase Gato. Exponente de un cine de otra época, en una indefinida frontera entre lo épico y lo bélico, esta película narra la obsesión de un capitán estadounidense (Gable) por perseguir y hundir al destructor japonés que antes había echado a pique su nave. Cualquier que haya leído Moby Dick no tardará en encontrar semejanzas entre el personaje de Gable y el capitán Ahab de la novela de Herman Melville. Mientras los marineros son sometidos a una ruda preparación para el combate, el moderado primer oficial (Lancaster) intenta poner paños fríos a una tensión que va en aumento. Las repetidas tomas de disparos de torpedos desde proa no invalidan esta propuesta fílmica que dirigió Robert Wise.
En The enemy below, traducida al español como Duelo en el Atlántico, Robert Mitchum y Curt Jürgens interpretan a dos inteligentes e incansables marinos que, en el marco de la Segunda Guerra Mundial, se persiguen mutuamente en el océano Atlántico. Jürgens se pone en la piel del capitán de un submarino alemán que descree de la guerra, en la que no encuentra honor sino recuerdos amargos. Mitchum por su parte estelariza al comandante de un destructor estadounidense que no disfruta de la confianza de sus marineros. No hay ganadores ni perdedores acá. Sólo los gestos de nobleza que hacia el final se prodigan estos lobos de mar permiten mantener la esperanza en que algo de humanidad puede quedar a salvo de la guerra.
En U 571, dirigida por Jonathan Mostow, encontramos a unos intrépidos submarinistas estadounidenses encargados de apropiarse de la máquina encriptadora de mensajes alemana Enigma. La operación arranca mal y los norteamericanos se ven en la necesidad de pilotear un submarino ajeno e intentar encontrar ayuda antes de que el enemigo los encuentre a ellos. Una aceptable película, que sin embargo no reconstruye la verdadera historia de esa nave.
El último submarino, una producción italiana dirigida por Duilio Coletti, está basada en una historia real. La película muestra a la tripulación de un submarino italiano de la Segunda Guerra Mundial que intenta salvar la mayor cantidad posible de náufragos de las naves a las que ataca. La caballerosidad y la fraternidad entre los hombres de mar toman el protagonismo, permitiendo mantener alguna dignidad en medio del conflicto bélico. Las numerosas escenas de confraternización entre tripulantes y prisioneros, que incluyen una celebración conjunta de la Navidad, dan cuenta de lo dicho. Aunque los efectos de sonido son pobres, y el sonar es increíblemente despojado de importancia en un submarino, ésta es una interesante propuesta fílmica.
El canto del lobo (Le chant du loup, según su título original) no está al nivel de otras películas de submarinos. Un muchacho con un oído inusualmente agudo es embarcado en un sumergible de la marina francesa y asignado, naturalmente, a la atención de los hidrófonos de la nave. Los seguidores de las novelas de intriga geopolítica al estilo de las de Tom Clancy se sentirán cómodos con esta película. Quienes tengan un gusto cinematográfico y literario un poco más exigente ya no. Los personajes parecen poco trabajados y la aceleración de los tiempos de la narración desemboca en esperables malos resultados.
Y para el final hemos reservado el filme considerado el exponente máximo de las películas de submarinos: La nave (Das boot, según su título original), una magnífica realización dirigida por Wolfgang Petersen. Desde la navegación hasta las maquinarias, desde los espacios físicos hasta las maniobras persecutorias y evasivas, esta película es indudablemente la más lograda del género. La trama sigue la campaña de un submarino alemán de la Segunda Guerra Mundial. Pero la película no se agota en las acciones bélicas, sino que muestra otros aspectos hasta entonces ignorados sobre los unterseebooten alemanes, como las tensiones entre submarinistas y propagandistas del régimen nazi y las improvisadas presentaciones de teatro de revista con algún marinero disfrazado de bailarina. Junto con la persecución de convoyes aliados, las borracheras de los soldados para escapar de las tensiones, las cargas de profundidad y el ambiente de encierro, Das boot es la película que mejor supo rescatar las hazañas de los submarinistas de la Kriegsmarine.
La modesta selección que acá se presenta puede orientar a los lectores interesados en un género fílmico que seguramente no está agotado.
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