Durante los siglos XVII y XVIII en Italia , solían castrar a unos 4000 muchachos al año para que así triunfasen como cantantes, eran los “castrati”.

La operación consistía en la amputación de los testículos con el fin de de que no les cambiase la voz durante la adolescencia. Los jóvenes provenían de familias muy humildes y eran puestos al servicio de la Iglesia, el porque usaban “castrati”era porque necesitaban quienes cantasen las notas más altas en los coros , esto podían lograrlo los niños y las mujeres , pero os primeros carecían de la fuerza suficiente y las segundas tenían prohibido intervenir en los actos litúrgicos.

Muchos de estos “castrati” alcanzaron fama internacional sobre todo con el nacimiento de la ópera, acaparando los papeles principales, eran adorados por el público general , especialmente las mujeres, llegaron a cobrar cifras astronómicas y no era raro encontrarlos en las cortes más importantes donde vivían a cuerpo de rey.

El más universal de todos fue Carlos Broschi Farinelli, llegó a España en 1737, para cantar al rey Felipe V quien sufría depresión.

Llegado el siglo XVIII comenzó el declive de estos divos, las mujeres habían comenzado a interpretar papeles antes reservados solo a ellos, a parte el Gobierno italiano había prohibido la castración y Roma los vetó en los coros.

El último de ellos fue Alejandro Moreschi, nacido en 1858, que llegó a ingresar en el coro de la Capilla Sixtina, sin embargo no corrió la misma suerte que sus antecesores, ya que murió olvidado en 1922, con él desapareció el último “castrati”.

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