Ven a leer con canal sur

Ven a leer con canal sur

   Aún a riesgo de perder lectores tengo que confesar que seguía con no poco interés Negro sobre blanco de Sánchez Dragó. No sé si es que en tiempos de crisis cultural televisiva ―¿y cuándo no lo es?― uno se agarra a la primera tabla de salvación que pilla. Lo cierto es, todos lo sabemos, que los medios televisivos no son precisamente adalid de la cultura, en una sociedad en la que mandan las audiencias, reflejo más ecuánime del sentir general. Afortunadamente, en la televisión pública no está tan marcado el concepto de negocio y siempre es posible encontrar alguna propuesta interesante. Los domingos por la tarde uno de esos oasis culturales,  curioso por reunir calidad y bastante tiempo de emisión, es El público lee de Jesús Vigorra. El formato del programa lo conocerán sobradamente: se invita a un escritor que haya publicado recientemente y a tres lectores que van desnudando los entresijos de la obra a través de diversas preguntas y de sus puntos de vista.

   Desde hoy mismo y durante tres meses, hasta el 16 de mayo, El público lee adquiere una importancia central con la campaña «Ven a leer con Canal Sur». Ya que, según las estadísticas, sólo el 50 % de los andaluces son lectores, se pretende fomentar el hábito de la lectura, con una ambiciosa campaña en televisión y en radio. Los presentadores más conocidos y mediáticos de la cadena andaluza promocionarán la lectura a través de un sencillo concurso semanal. Dependiendo del escritor que esté invitado a El público lee harán algún comentario sobre él y una sencilla pregunta sobre su obra. La respuesta se puede enviar por SMS para participar en el sorteo de un libro digital con 500 textos de autores clásicos. Desde hoy ya se pueden ver los anuncios dedicados a Eduardo Mendoza, que presentará con Jesús Vigorra Tres vidas de Santos. La pregunta no puede ser más fácil: ¿A qué ciudad española se refiere La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza?

   Personalmente, como campaña publicitaria en fomento de la lectura me parece cuanto menos chocante. Lo de mandar mensajes me recuerda que, desgraciadamente, incluso la televisión pública es un negocio; me da la sensación de que se pretende hacer caja con la literatura antes que promocionarla. El lado positivo es que se hará publicidad del programa de Jesús Vigorra y de los escritores que van a él. Habrá que estar atento para ver cómo funciona la campaña, porque el éxito, después de todo, no está en que la gente mande más mensajitos, sino en que lea más.

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