El hombre no puede evitar la tendencia a humanizar cuanto lo rodea, especialmente si se trata de animales. En la Europa comprendida entre los siglos XIII y XVIII, por ejemplo, no era extraña la costumbre de criminalizar a los animales que cometían alguna falta grave para a continuación someterlos a juicio e imponerles una condena como si se trataran de un ser humano más. Varios siglos después encontramos una práctica similar, aunque de signo contrario. En lugar de castigar a los animales por un mal comportamiento se les premia con una distinción reservada a los héroes. Se trata de la Medalla Dickin, una condecoración que empieza a otorgarse desde 1943 a los animales que destacaban por su valor durante la Segunda Guerra Mundial. Al fin y al cabo, animales como perros, caballos o elefantes han ayudado a los hombres en los conflictos bélicos prácticamente desde el comienzo de las guerras.
La idea partió de Maria Elisabeth Dickin, que en 1917 ya había creado el Sanatorio popular para animales enfermos, donde se proporcionaba ayuda y cuidados a los animales enfermos y heridos de las personas necesitadas. El uso de animales en todo tipo de misiones durante la Segunda Guerra Mundial era algo muy frecuente y a Maria se le ocurrió una condecoración para premiar los servicios que hacían y la gran valentía que muchas veces demostraban tener. No era la primera vez que se tomaba una medida de estas características. La paloma Cher Ami que fue galardonado por Francia con la Cruz de Guerra por ayudar a salvar a casi 200 hombres en 1918 en la batalla del Argonne, durante la Primera Guerra Mundial. A pesar de haber recibido un disparo, estar ciega de un ojo y tener una pata colgando, Cher Ami logró volar casi veinte kilómetros y entregó el mensaje que salvó a los soldados.
Como ya había ocurrido con Cher Ami, las primeras Medallas Dickins fueron también entregadas a tres palomas, White Vision, Winkie, y Tyke, por su valor en la entrega de diversos mensajes que ayudaron a salvar numerosas vidas. Entre 1943 y 1949 el galardón fue otorgado a 54 animales, entre los que se incluían 32 palomas, 18 perros, tres caballos y un gato ‒este último por haber eliminado una plaga de ratas a pesar de haber sido herido por una bala de cañón, elevando la moral de las tropas‒.
Aunque la distinción dejó de ortogarse en junio de 1949, en el año 2000 volvió a recuperarse para premiar a título póstumo a Gander, un perro que durante la Batalla de Hong Kong había recogido una granada de mano lanzada por un soldado japonés y había corrido con ella hacia el enemigo, muriendo en la explosión y salvando la vida de varios soldados canadienses heridos. En 2002 se entrega por primera vez sin haber un conflicto bélico de por medio, al premiar al perro Appollo en nombre de todos los perros que habían ayudado en la búsqueda y rescate de las víctimas del 11S.
A partir de ese momento se ha venido otorgando de forma regular hasta la actualidad, aumentando la cifra de los animales galardonados a 66. La última vez fue en septiembre de 2014, cuando la Medalla Dickin se concedió a un caballo llamado Warrior como premio honorífico para conmemorar las contribuciones de todos los animales durante la Primera Guerra Mundial.
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