Con más de 300 millones de copias vendidas en todo el mundo y diecinueve números uno consecutivos en el ranking de las novelas más vendidas según el New York Times, James Patterson es en la actualidad el escritor más vendido del mundo. Además, ostenta el récord del autor que más títulos de ficción ha vendido, con un total de 56 títulos. Solo para hacerse una idea de lo que vende baste decir que en los últimos años ha conseguido vender más novelas que Stephen King, John Grisham y Dan Brown juntos. No es de extrañar, entonces, que encabece con diferencia la lista de los escritores mejor pagados. Solo así se explica que pueda permitirse el lujo de cometer una disparatada extravagancia para promocionar su último libro, Private Vegas.
Y es que Patterson va a sacar a la venta una edición única de su nueva novela. Se trata de un libro cuyo precio casi alcanza los 300.000 dólares y que explotará ‒literalmente‒ un día después de que haya sido abierto. Además del libro, el precio incluye un vuelo de primera clase a un lugar no revelado ‒aunque relacionado con alguna de las historias de Patterson‒, una estancia de dos noches en un hotel de lujo, unos prismáticos chapados en oro y una cena con el propio Patterson. Durante esos dos días el comprador tendrá 24 horas para leer el libro de Patterson ya que cuando se cumpla el plazo el libro será explotado. Si bien los detalles de cómo se va a producir la explosión todavía se mantienen en secreto, se sabe que en el proceso participará una unidad de artificieros y que la explosión tendrá mucho que ver con la novela.
Para los fans de Patterson que no dispongan de 300.000 dólares para gastar en un libro se lanzará una promoción digital similar a la explosión. En la página Self Destructing Book se pondrán una serie de códigos que permiten a los usuarios descargar copias digitales del libro que se autodestruyen 24 horas después de que el usuario las haya comenzado a leer.
No es la primera vez que se utiliza la idea de un libro que se autodestruye para promocionar un libro o la lectura en general. Hay que recordar, por ejemplo, «El libro que no puede esperar» de la editorial argentina Eterna Cadencia, una obra con fecha de caducidad. Sin embargo, la idea de Patterson parece ir demasiado lejos por ofrecer una experiencia tan efímera a un precio tan desorbitado. Según Susan Holden, que está al frente de la promoción en la agencia de publicidad Mother New York, Patterson cree que el posible comprador podría pertenecer a su círculo de amistades. «Para una persona que es un gran fan de Patterson esto solo es calderilla y podría ser muy divertido», sentencia Holden.
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