Shakespeare y el soneto XXIX

Shakespeare y el soneto XXIX

   Hasta hace no mucho pensar en Shakespeare era sinónimo de pensar en escenarios, telones que suben y bajan, actos, escenas y, en definitiva, mucho teatro. Pero los tiempos cambian y la cultura ha tenido que ir adaptándose. El cine se ha encargado de demostrarnos prácticamente desde sus comienzos que existen otros modos de acercarse al Bardo inglés, incluso con adaptaciones que constatan su intemporalidad y su universalidad. Pero una cosa es convertir una obra de teatro en película y otra bien distinta es tratar de hacer lo mismo con un corpus de poemas, sus famosos 154 sonetos.

   Traducir la poesía de Shakespeare al lenguaje cinematográfico ha sido la demencial idea de Ross Williams, un cineasta que en 2009 fundó el shakespeariano portal NY Shakespeare Exchange. Después de presentar su idea en Kickstarter Williams logró recaudar casi 50.000 dólares y así puso en marcha The Sonnet Project, un proyecto para convertir cada uno de los sonetos de Shakespeare en un cortometraje. 145 poemas en 154 lugares de Nueva York y protagonizados por 154 actores. La principal dificultad consistía en evitar que cada corto se convirtiera en una secuencia en la que un actor se limita a recitar un soneto de Shakespeare en algún lugar de Nueva York. Tenía que ser algo más, tenía que contar una historia y conseguir vincular la poesía de Shakespeare al presente.

   Al fin y al cabo el propósito que marcaba el camino era desvincular a Shakespeare de la alta cultura desmitificándolo y acercarlo a un público más amplio y menos especializado. Conectarlo, en definitiva, con la cultura contemporánea y descubrir qué es lo que tiene que decirle su poesía al ser humano actual.

   El proyecto tenía previsto durar un año y finalizar el pasado 23 de abril de 2014, para celebrar el 450 cumpleaños del poeta inglés, pero la dificultad de su desarrollo ha hecho que se haya ido dilatando en el tiempo. Como puede verse en la página de The Sonnet Project, a día de hoy quedan todavía muchos sonetos por rodar. El resultado final, sin embargo, hará que merezca la pena el esfuerzo: un mosaico heterogéneo de visiones que ofrecen una nueva perspectiva, más fresca y moderna, de la poesía de William Shakespeare. Una prueba más que constatable de que poesía y cine combinan a la perfección.

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