Ocurre a veces que la imagen mental que tenemos de un personaje literario se aleja del original, deformada a través del cine por las diferentes adaptaciones que se hacen. Ocurre con el Sherlock Holmes de gorro de cazador, gabardina a cuadros, lupa y pipa curva de brezo, atributos todos ellos que no estaban en los libros de Arthur Conan Doyle. Y también pasa con el señor Darcy de Orgullo y prejuicio, que en realidad no era tan atractivo a los ojos modernos como nos ha hecho creer el cine y la televisión.
No es que el señor Darcy no fuera atractivo, es que el concepto de belleza de finales del siglo XVIII y principios del XIX es muy diferente del actual. En realidad Austen da muy pocos detalles sobre el físico de Darcy. Sabemos que atrae más miradas que su amigo el señor Bingley y que se describe como apuesto, con rasgos atractivos y rostro noble. Estos rasgos sirvieron de base para crear una imagen del señor Darcy como alguien alto, de complexión robusta y moreno de piel y de cabello. Los dos papeles paradigmáticos fueron interpretados por Colin Firth para la serie de la BBC en 1995 y Matthew Macfadyen para la adaptación de 2005, a los que se podría añadir Sam Riley en la poco reverente Orgullo y Prejuicio y Zombies. Se sabe que Firth se vio obligado a teñirse el pelo para oscurecerlo más todavía y que en el casting de la película de 2005 se barajaron los nombres de otros galanes del cine como Brad Pitt, Orlando Bloom o Jude Law.
Sin embargo, un grupo de expertos, entre los que se encuentran el académico John Sutherland y la historiadora Amanda Vickery, han llegado a la conclusión de que el señor Darcy original era muy distinto a Firth o a Macfadyen. La tez morena, los hombros anchos y el pecho musculoso no eran atributos atractivos en la época porque se relacionaban con el trabajo en el campo. El ideal de belleza para un caballero de la época es el que vemos en muchos retratos aristocráticos: piel palida, suave y juvenil, con una boca pequeña y un mentón puntiagudo, pelo largo, atado y empolvado de blanco. De haber tenido musculada alguna parte de su cuerpo habrían sido las piernas, señal de montar a caballo, y quizá los brazos, lo que habría indicado que practicaba la esgrima. El corte de la ropa le habría obligado, además, a tener una postura mucho más rígida.
Siguiendo las conclusiones del estudio el ilustrador Nick Hardcastle ha hecho el que se puede considerar el primer retrato históricamente exacto del señor Darcy. Una imagen que es poco probable que acelere muchos corazones del siglo XXI. «El personaje de Darcy ha sido sexuado para la audiencia moderna con una inyección turbo-cargada de testosterona», afirma Amanda Vickery para Reuters.
Aunque la grandeza de Austen es crear a uno de los personajes más misteriosos y deseables de la literatura de todos los tiempos. Con muy pocos rasgos físicos Austen consigue crear un personaje que más que de su época es atemporal. Y son los lectores, al fin y al cabo, los que tienen la última palabra para interpretar e imaginar a los personales.
Bueno, para mi las adaptaciones cinematograficas son algo aparte de los libros, me parece bien que adapten la imagen para que los observadores puedan identificarse y verlo como lo veían en ese entonces; obvio el concepto de belleza cambia en cada época y lugar, y pues, como dice, en el libro queda a la imaginación del lector y eso fue lo que hice cuando lo leí.. y Matthew queda a la perfección Hehehe
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