
Portada de El Silmarillion en edición de Christopher Tolkien (Fuente).
Considerado el primer erudito de la Tierra Media, la muerte de Christopher Tolkien a los 95 años es la excusa perfecta para hacer un repaso al legado que este dejó en relación a la obra de su padre. Cuando J.R.R. Tolkien murió en 1973, su hijo se convirtió en su albacea literario y durante los siguientes cuarenta y siete años llegó a clasificar hasta setenta cajas llenas del trabajo inédito de su padre, para hacer posteriormente más de una veintena de ediciones de las historias basadas en el universo de la Tierra Media.
Desde su primer proyecto, un tomo de mitos y leyendas del mundo de El hobbit y El señor de los anillos hasta la publicación de El Silmarillion, a partir de una compilación de borradores de doce volúmenes de su padre, el trabajo de Christopher Tolkien le ha dado una profundidad y una riqueza al imaginario de su padre sin el cual, el mundo de la Tierra Media no hubiera sido el mismo. Hay que tener en cuenta que las tres cuartas partes de las obras de Tolkien se publicaron póstumamente y de estas colecciones posteriores a 1973, alrededor de tres cuartas partes fueron editadas por su hijo. Uno de los últimos ejemplos sería La caída de Gondolin, que se publicó en agosto de 2018 a pesar de haber sido escrito en 1917, cuando Tolkien se estaba recuperando de la fiebre de las trincheras. Una edición que no solo incluye la historia sino las notas y las explicaciones de su hijo, que permiten reconstruir el proceso de escritura del autor, enriqueciendo nuestra comprensión de la Tierra Media.
Nacido en nació en Leeds, Inglaterra, el 21 de noviembre de 1924, Christopher Tolkien era el tercer hijo del autor y de Edith Tolkien. Su infancia la pasó en Oxford, donde era profesor su padre, y más tarde se unió a la Royal Air Force, durante la Segunda Guerra Mundial. Estando en Sudáfrica se mandaba solía mandar cartas con su padre, que en ese momento estaba escribiendo El Señor de los Anillos y a menudo enviaba le enviaba borradores de sus capítulos. Según The Guardian, Christopher a veces dio por correspondencia algunos consejos a su padre, que incorporó a su obra.
Tras la guerra, Christopher se convirtió en profesor de inglés y de islandés antiguo en la Universidad de Oxford. Dibujó muchos de los mapas originales que acompañaron a las primeras ediciones de la trilogía de El Señor de los Anillos en la década de 1950, además de mapas revisados en las ediciones de 1970. Más tarde se mudó a Francia con su segunda esposa, Baillie Tolkien y tomó la nacionalidad francesa.
En 2016 llegó a recibir la Medalla Bodley en reconocimiento a sus contribuciones al mundo de la cultura y de la literatura. El compromiso con las obras de su padre, que dio como fruto decenas de publicaciones, y su propio trabajo como académico en Oxford, lo sitúan como un erudito de primer nivel, afirmó Shaun Gunner, presidente de la Sociedad Tolkien. No en vano, continuó: «Millones de personas en todo el mundo estarán siempre agradecidas con Christopher por traernos series como El Silmarillion, Los hijos de Húrin o La historia de la Tierra Media, entre muchas otras. Hemos perdido un titán y lo extrañaremos muchísimo».
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